domingo, 17 de abril de 2011

¿A cual de los dos queréis que suelte?

En el Evangelio de hoy se narra el famoso pasaje en el que el gobernador, Pilato, pregunta al pueblo "¿A quien queréis que suelte, a Barrabás o a Jesús? (Pues sabía que lo habían entregado por envidia)" Como ya sabemos, Barrabás era un preso culpable de graves delitos, mientras que Jesús era inocente. "Ellos dijeron: ¡a Barrabás! [...] Pilato insistió: pues, ¿qué mal ha hecho Jesús?" Pero ya sabemos que se lavó las manos. 
Hoy en día seguimos prefiriendo a Barrabás, pese conocer su maldad; mientras rechazamos a Jesús, "culpable de delitos" como amor, entrega. Tenemos miedo de comprometernos con Alguien que es capaz de tanto bien por nosotros... corresponder ese amor es tan complicado... Total, a Barrabás ni le vamos ni le venimos, mientras que a Jesús le importamos tantísimo... pero...¡uf, que estorbo de tío, siempre ahí buscándonos para hacernos felices! Pero lo peor de todo sea, tal vez, esa gente que si que grita "¡A Jesús! ¡A Jesús!" y en el fondo son como el propio Barrabás y los que le liberaron juntos. 
Nos tratamos con desprecio, con favoritismos: tú me sirves, tú no. Por las razones que sean. O sin ellas.
Cuantas veces podemos sentirnos como Jesús ante aquella multitud. Frente a algún Barrabás. Cuando hemos cuidado, protegido, defendido algo o a alguien, por amor, entrega, confianza...y de pronto alguien decide juzgar nuestra actitud. Decide que él es mejor, o que otro es mejor que nosotros, o que somos "peligrosos". Mientras que alguien, víctima más perjudicada que nosotros mismos (que Jesús) en un rincón, impotente, deseando ayudarnos, llora no poder hacer nada por nosotros: por miedo, por falta de fuerzas, por desesperación. Esa misma persona que desde lejos nos acompaña callado en el sufrimiento de nuestro propio calvario, que se convierte en el suyo propio. Este año comprenderé mejor al reo inocente y maltratado frente a su Barrabás, y al que, callado, le llora deseando librarle. Por amor, entrega, confianza, cuidado, protección, defensa. Porque conoce la Verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario