sábado, 14 de mayo de 2011

Me estoy lloviendo encima

Si...lo ha hecho... la lluvia me ha vuelto a pillar de pleno. Primero me ha gastado una broma por la tarde: cuatro gotas y sol, cuatro gotas y sol... pero ahora por la noche ha ido con mala intención, que me la conozco. He vuelto empapada. Al principio he corrido por evitar un poco el chaparrón, pero ha llegado un momento en el que he pensado "ya total, ¿pa' que?", y me he limitado a resignarme. Por lo menos me ha servido de inspiración. Mientras caminaba por las calles mojadas de mi ciudad, empapadas de recuerdos, pensaba en cosas que me han ocurrido últimamente. Me he cruzado con mucha gente: algunos alegres que iban a cenar, otros que salían del trabajo, y bobos que se empapaban solitarios como yo. Pensaba en lo distinta que estaba siendo esta noche para cada una de esas personas.
Por un lado iba yo, con mis amigas Nostalgia, Curiosidad e Imaginación. Pero realmente sola. Con las gotas de lluvia deslizándose por mi cara. "¡Qué poético!" piensas. Yo he pensado: ¡chica, vas de mal en peor!
Por otro veía chicas que se habían puesto guapísimas y se refugiaban alegres entre los brazos de sus novios. Entonces me ha venido a la mente la clásica escena romántica bajo la lluvia. ¡Qué bonito! Pues te digo una cosa, no es nada bonito cuando vas sola, empapada y recientemente rechazada. 
En efecto, el mismo ambiente atmosférico nos sugería a cada persona sentimientos muy distintos: alegría, diversión, romanticismo, nostalgia, tristeza... a la vez, para algunos es algo purificador: limpia el aire, las calles, las huellas, los recuerdos... 
Para mi, simplemente, me llueve encima y, en el fondo, es una bonita forma que tiene el cielo de aliarse conmigo. No se si estoy contenta o triste, solo estoy lloviendo. 

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