sábado, 30 de abril de 2011

A Juan Pablo II

Y piensas "¡Que original, habla de Juan Pablo II en vísperas de su beatificación!". Cierto. Todo el mundo ahora habla de Juan Pablo II, o casi. Pero yo no voy a intentar aparentar en mi artículo unos supuestos conocimientos teológicos, sociales, históricos...ni quiero dármelas de asceta o mística. Tampoco quiero caer en la idolatría. Y mucho menos en un recital "proso-poético" mediocre de religiosidad barata...
Ojalá pudiera escribir algo más digno y elocuente para alguien tan grande, menos mal que él apreciaba lo humilde y le sonreía con cariño. 
Quiero darle gracias por todo lo que ha hecho por todos y cada uno de nosotros, colectiva e individualmente, y todo bueno. 
Desde aquí, querido Karol, gran Papa Juan Pablo II: ¡muchas felicidades! (aunque seguro que ahora Felicidad no te falta). Volvemos a estar todos unidos, como a ti te gusta, gracias a ti, por ti, para ti. Ya estamos de fiesta, en tu fiesta. ¡Como te gusta armar jaleo! ¡Menuda has liado! 

viernes, 29 de abril de 2011

La Pez-Era

Tengo un problema (¿solo uno?). Tiendo a la hiper-reflexión. Me doy demasiadas vueltas a mi misma y a todo lo que hago. Y lo malo es que esa obsesión me lleva a acabar juzgando todas mis obras como algo mediocre. Cualquier cosa que mi cabe-cita idee acaba en la basura: escritos, dibujos, pinturas... Me falta espontaneidad, respetar mi subconsciente.  
No obstante, en ocasiones creo que hago un favor a la humanidad. Me viene a la memoria un caso curioso. Solía ir a una casa, perfectamente decorada (llegando a la neurosis de sus propietarios). En el salón destacaba la joya de la corona: un cuadro inmenso, de color morado tirando a marrón, con una pecera deforme y un pez "naranja en proceso de putrefacción" cuya anatomía había pasado a mejor vida. Nada que ver con la pintura que he escogido para embellecer "mi mediocre artículo". No hablamos de alguna corriente artística respetable, hablamos de un sinvergüenza que pinta insultos gigantes. Además, por lo visto,  atravesaba una etapa "pecera": solo pintaba peceras, y si eran decadentes mucho mejor. La cuestión es que todos en la casa tenían tendencia depresiva, era un clima muy frío y triste. Yo siempre le atribuí la culpa a la pecera de deprimente color y "forma". A mi, personalmente, me traumatizó; desde que lo vi, ese cuadro me persigue. Si el autor de esta "magnífica obra de arte" tuviera un poco de respeto hacia la sociedad y le diera por reflexionar sobre...eso, cogería ese cuadro de dimensiones vulgares, devolvería la cantidad indecente de dinero que cobró por ello, y lo tiraría a la basura. Y así los habitantes de esa casa recuperarían la alegría de vivir. 
En conclusión (aparte de los efectos psicológicos de la decoración), esta bien que busquemos formas de expresarnos, de liberar nuestro subconsciente, pero un poco de hiper-reflexión, le iría bien a más de uno. No solo "artistas", cualquier cosa que hagamos debe ser cuanto menos examinada. Yo, por mi parte, debería dejar de observarme tanto a mi misma. 

jueves, 28 de abril de 2011

Vocación

Eso es lo que todos buscamos: ¿a qué me debo? ¿Qué es lo que puedo hacer yo? Pero estas preguntas sólo son buenas cuando nos las hacemos buscando cómo podemos ser útiles a los demás. No es solo un aspecto religioso. 
Algunos, ya desde pequeños, tienen la suerte de conocer perfectamente sobre qué girará su vida. Otros los saben años más tarde, a tiempo de cambiar, o no, su vida. Otros jamás lo sabrán. 
Además, resulta que hay que observar distintos aspectos: el profesional y el personal. Podemos tener vocación profesional de cualquier tipo. Pero yo destaco la vocación personal; esta es la más importante, porque de ella depende la otra. Uno puede elegir ser soltero, casarse, tener hijos, ser religioso, sacerdote... Pero sea como sea, siempre es una decisión que solo uno puede tomar, no vale ninguna opinión, porque no sabemos cuánto nos conoce el de al lado, o que pretende hacer de nosotros. La única ayuda que es válida es la del Jefe, la de Dios. Solo Él y tu podéis saber qué es tu vida.  
El aspecto profesional es otra cosa, ya que a veces uno confunde su afición con su vocación. Esta puede ser totalmente diferente a lo que pensábamos que nos habría gustado. Es decir, nos sorprendemos a nosotros mismos, rompemos nuestros propios moldes. Es bueno que alguien capaz nos oriente. Pero recuerda que la última palabra sobre tí siempre la tienes tú. Eres Libre. 
No lo olvides: lo que quieras hacer contigo mismo, con tu aspecto personal, íntimo e intransferible, es solo tuyo, y de Dios, porque tú eres suyo. Si no eres creyente, esto también te sirve. Siempre contempla tus vocaciones como un servicio a los demás y, así,  a un favor a ti mismo. Escoge lo que te permita crecer, pero decidelo tú y sólo tú. 

martes, 26 de abril de 2011

¿Preparados?

Ya hemos vuelto del viaje. Se cumplieron mis pronósticos, pero no voy a repetirme. Además, la Divina Providencia hizo su aparición, sin embargo esa es otra historia cuyo final aún desconozco, y por tanto, no puedo contarte.
Si, he vuelto como Roma. Poderosa, fuerte, grande, desafiante, cambiante, polifacética, rara... He vuelto contenta, feliz, alegre: he vuelto yo. Y volveré a Roma, eso seguro.
Si todavía no has visitado la Ciudad Eterna, te la recomiendo.
Ahora toca escribir sobre nuevos temas, aportarte algo. Sorprenderte. Un día, alabaré cualquier cosa, al día siguiente estudiaré otra, y al otro condenaré la primera. Porque no sabemos, ni tu ni yo, de qué podemos fiarnos, ni siquiera (en ocasiones) de nosotros mismos. Espero que, ahora que soy yo, te guste. Que te diviertas, no lo tomes todo muy enserio.
La diva ha regresado. El espectáculo comienza. ¿Preparado? Espero tu respuesta.

martes, 19 de abril de 2011

Mi equipaje


Como mucha gente hace estos días, me voy de viaje. No tengo por costumbre viajar en Semana Santa, pero este año surgió la oportunidad y yo, entonces una chica llena de ilusiones, optimista, enamorada...me lancé a un viaje con unas amigas. Pero la chica de hace tres semanas que se metió en el alegre jaleo de un viaje al extranjero ya no es. Se asomará durante el día, dando una apariencia de alegría y disfrute, mientras que la chica que es mirará nostálgica y pensativa. Pensará en lo paradójico, en la ironía. La ciudad a la que visito, por tercera vez, es Roma. Ella, eterna, grande, bella siempre, culta, santa, alegre; yo, pasajera, pequeña, con la sonrisa melancólica, ignorante, ingenua, fría. Supongo que un viaje en mis circunstancias es lo que todo el mundo me aconsejaría, de hecho lo hacen. "Recuerda que no debes llevar más de 15Kg de equipaje", "lleva esto en el equipaje de mano"... El equipaje...¡si me voy cuatro días! ¿El peso? Peso yo, mis sentimientos. Me resulto pesada a mi misma. Roma y yo formamos una de esas parejas totalmente inverosímiles, pero por algún extraño motivo condenadas a estar juntas. ¿Se me pegará algo de ella? ¿Me consolará ella? Espero, por lo menos, volver con buenas historias, nuevas ideas, pensamientos renovados. Con fuerza para enfrentarme a lo que me espera a mi regreso. Enfrentarme a mi. Espero volver como Roma, como un Fénix, y solo con mi equipaje. 

lunes, 18 de abril de 2011

Desconsolada

Estoy desconcertada. Furiosa. Rabiosa. Simplemente enfadada. Impotente. Triste. 

¿Cómo se puede cerrar los ojos ante casos inhumanos que están a nuestro lado? No solo eso, al denunciarlo me han hecho callar: tú no puedes hacer nada, eso sería un escándalo, olvídalo... Lo que más me desespera es que quiero ayudar a alguien que no me deja hacerlo.  Está aislado, y no puedo acceder a él.

Estamos ante una persona realmente necesitada, víctima de un crimen psicológico terrible. Y todos miran hacia otro lado. "Tratar de ayudarle sería empeorarlo", me dicen. Es más importante el qué dirán. Las personas que se suponía me guiaban para hacer el bien me piden ahora que sea egoísta, fría, insensible... Hieren a esa persona, me hieren a mi. Pero las heridas que ellos inconscientemente se hacen a sí mismos son más graves; les quedará, tal vez, un día, el arrepentimiento. Pero temo que para entonces ya sea demasiado tarde para ellos, para él, y para mi.
Dondequiera que estés y cómo estés, debes saber que estoy contigo, porque llevo en mi tu carga, confiando en que depositada en mi, aunque tenga que sufrirla yo toda, tú mejores. Estoy segura de que la desesperación que me invade y no me deja vivir es la que tú llevas. Déjame ayudarte, conmigo puedes. Estoy contigo

domingo, 17 de abril de 2011

¿A cual de los dos queréis que suelte?

En el Evangelio de hoy se narra el famoso pasaje en el que el gobernador, Pilato, pregunta al pueblo "¿A quien queréis que suelte, a Barrabás o a Jesús? (Pues sabía que lo habían entregado por envidia)" Como ya sabemos, Barrabás era un preso culpable de graves delitos, mientras que Jesús era inocente. "Ellos dijeron: ¡a Barrabás! [...] Pilato insistió: pues, ¿qué mal ha hecho Jesús?" Pero ya sabemos que se lavó las manos. 
Hoy en día seguimos prefiriendo a Barrabás, pese conocer su maldad; mientras rechazamos a Jesús, "culpable de delitos" como amor, entrega. Tenemos miedo de comprometernos con Alguien que es capaz de tanto bien por nosotros... corresponder ese amor es tan complicado... Total, a Barrabás ni le vamos ni le venimos, mientras que a Jesús le importamos tantísimo... pero...¡uf, que estorbo de tío, siempre ahí buscándonos para hacernos felices! Pero lo peor de todo sea, tal vez, esa gente que si que grita "¡A Jesús! ¡A Jesús!" y en el fondo son como el propio Barrabás y los que le liberaron juntos. 
Nos tratamos con desprecio, con favoritismos: tú me sirves, tú no. Por las razones que sean. O sin ellas.
Cuantas veces podemos sentirnos como Jesús ante aquella multitud. Frente a algún Barrabás. Cuando hemos cuidado, protegido, defendido algo o a alguien, por amor, entrega, confianza...y de pronto alguien decide juzgar nuestra actitud. Decide que él es mejor, o que otro es mejor que nosotros, o que somos "peligrosos". Mientras que alguien, víctima más perjudicada que nosotros mismos (que Jesús) en un rincón, impotente, deseando ayudarnos, llora no poder hacer nada por nosotros: por miedo, por falta de fuerzas, por desesperación. Esa misma persona que desde lejos nos acompaña callado en el sufrimiento de nuestro propio calvario, que se convierte en el suyo propio. Este año comprenderé mejor al reo inocente y maltratado frente a su Barrabás, y al que, callado, le llora deseando librarle. Por amor, entrega, confianza, cuidado, protección, defensa. Porque conoce la Verdad.

sábado, 16 de abril de 2011

Hoy comienzo

Bueno, realmente no se por qué ni para qué escribo un blog. No soy muy partidaria de ellos, pues considero que hay demasiados, en su mayoría absurdos. Además, se pueden publicar ideas que otros seguramente se apropiarán, el nombre de mi sitio hace notable referencia: Regalando Pensamientos. Pero, adentrándome en lo que soy, pienso ¿sobre qué escribir? Yo no tengo nada que aportar a la gente...¿o si? Ya lo veremos. La gente me animaba a hacerlo y al final, tras muchas divagaciones hoy me lanzo a la piscina. No es un día especial para mi, no es un bonito día primaveral, no estoy de especial buen humor... hoy no pasa nada. La creación de mi blog coincide, eso si, con el cumpleaños de nuestro actual Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger; y con el del genio Charlie Chaplin. 
Para mi, esto no resulta muy fácil. Pero alguien dijo "que algo sea difícil debe ser una razón más para hacerlo[...]uno debe adentrarse en lo más profundo de sí mismo en las horas de soledad para poder darse cuenta de qué le mueve a escribir[...]pero, no busque ahora las respuestas que no le pueden ser dadas por no estar en condiciones de vivirlas" 
Si es así, según avance podré descubrirme, y llegará el momento adecuado para saber por qué hago esto. Otro grande dice siempre: no desfuturices el futuro. Intriga no falta.