jueves, 30 de junio de 2011

El hombre que lo sabía todo

Había una vez un joven. Era alto, apuesto y distinguido. Su vida académica era perfecta: notas siempre excelentes, carrera terminada, amplia cultura general... muchos le vaticinaban un brillante futuro laboral.
Aquel "hombre" nunca en la vida había tropezado, ni en sus estudios, como ya hemos señalado, ni en sus sentimientos. Solo mantuvo una relación de pareja, con la única chica que hasta el momento era merecedora de tanta excelencia, que resultaba vivir en otra ciudad. Sin embargo, la muchacha resultó ser poco digna para el chico; así que, con la elegancia y la serenidad que le caracterizaban, nuestro protagonista cogió un tren hasta la localidad de su desventurada pareja y le expuso toda una serie de razones y pruebas concluyentes por las que no debía seguir con ella. El se auto-maravilló de su propia honradez y "saber hacer", mientras que ella ni se inmutó al quedar patente lo engreído que era su ya ex-novio. Pero el joven nunca pensó que lo hubiera hecho mal, de hecho, nunca en la vida se paró a pensar si había hecho mal, solo dudar de su infinita bondad e inteligencia eran una ofensa,él era perfecto.

Tras aquel "pequeño incidente", la vida de nuestro extraordinario joven transcurrió como eracomstumbre: perfecta: trabajo, experiencia, amistades, chicas "de buena familia"...

Pero un día sucedió algo muy extraño. Aquella personificación de la perfección se topo con una muchacha, no gran cosa: más bien bajita, delgaducha, con unos enormes ojos...nadie importante. Se pararon a hablar. Definitivamente no valía gran cosa. No iba a la universidad, no tenía trabajo, no se dedicaba a nada en concreto y sin embargo hacía de todo... 

El joven no entendía nada. Por primera vez algo escapa a su control, y eso le inquietaba, pues supuestamente él lo sabía todo. Sintió curiosidad,  no entendía qué hacía esa chica con su vida, aparte de nada.
-¿Crees que tu vida es mejor que la mía, que has hecho más que yo?- le dijo sonriente
-Salta a la vista
-¡Claro, por eso tus ojos no brillan! Ese es el problema, saltan a la vista las cosas menos importantes: imagen, posición, currículo... pero ¿qué es tu vida? ¿Has enloquecido alguna vez? ¿Has hecho cosas sin sentido, cosas de las que puedas arrepentirte y luego reír? ¿Te has enamorado? ¿Has llorado por alguien? ¿Has sufrido el rechazo y te has alegrado en alguien? ¿Has amado en el dolor sacrificándote por otro? ¿Te has enfrentado a la soledad y a la multitud? ¿Te has dado cuenta de que no eres perfecto, de qué vivir es más que formalidades? 
Siguió así un poco más. El se defendió argumentando que siempre hay que saber dónde se mete uno y controlas las situaciones.
Ella contestó "a mi me encanta equivocarme, es lo único que hago bien"

martes, 28 de junio de 2011

Alma en la habitación

Decide venderse. Esconde su alma. Cansado. Desilusionado. ¿Por qué? ¿De qué?
Su infancia, entre algodones y favoritismos, llegó a un abismo. Sencillamente, el niño creció un poco, hizo unos planes que, como los de casi todo el mundo, se vinieron abajo. El joven, se dio de bruces con la cruda realidad y, para desgracia de él, se convirtió en el "desengaño" y la "decepción" de los de su alrededor. Fue entonces cuando comenzó la caída. 

Cuando el muchacho se hizo hombre, o al menos lo intentaba, comenzó a tener un carácter muy diferente al de los demás. Fue todo un disgusto: al joven no le gustaban las tonterías, resultaba ser que le apasionaba la vida, y le dio por estudiar sobre la verdad ¡infeliz! Pues toda su entorno era mentira. Solo él era puro, verdadero, transparente. Y le tacharon, le censuraron. Comenzaron a destrozarle, a matar su verdadero ser. Y así comenzó a rendirse, a dedicarse a algo pobre para él. De vez en cuando había chispazos de verdad que deseaban ser incendio, pero pronto eran sofocados, de la forma más dura, cruel y rastrera. 
El objetivo: que el hombrecito hiciera lo que esperaban de él los mediocres, que le temían, pues corrían el riesgo de que destapara todo aquel montaje que había sido su vida ¡y él no podía ser mejor que ellos!. De ninguna manera, bajo ningún concepto debía hacer aquello para lo que realmente valía, cayera quien cayera.
Y poco a poco aquella promesa de la verdad va cayendo en un pozo, se encierra en sí mismo, comienza la auténtica locura: autoengañarse, jugar a ser quien no eres, sabiendo perfectamente lo que es tu vida, pero vendiéndola por cuatro cumplidos de gente que se cree superior.  Y todo su mundo queda encerrado en su habitación, delirante de ideas y pensamientos perfectos. Todo ahí es diferente, todo ahí es mejor, todo ahí rebosa su verdadero ser.

¡Pobrecito! Lo vemos encerrado, deambulando en su cabeza, luchando en su corazón.
Y se pregunta "¿por qué no tengo ilusión? ¿por qué nada me motiva?" La respuesta, escondida: el que no se reconoce a sí mismo y se teme, el que guarda su alma bajo sacos de abono, el que no tiene valor, es incapaz de amar su vida, no  puede ilusionarse, no puede ser feliz ¡es imposible! porque todo está en su alma, su verdadero ser, de manera que cuando encerró su alma, encerró todo, menos su cuerpo y sus engaños.

Pero... cuando los chispazos de verdad vuelven centellenado en la más profunda oscuridad, a él se le escapa una auténtica y traviesa sonrisa. Pues ellos saben que todo sigue ahí, encerrado en su habitación, en una locura sensata. No, esto no ha acabado aquí.

martes, 21 de junio de 2011

Este-ética

Es cierto, el cambio de imagen puede ser divertido. Ahora está muy de moda. Nos encanta ver a un individuo simplón transformado en otro que recuerda a él pero más guapetón. Bien, vale, bueno...
Yo me he limitado a hacer unos retoques en la página, no tengo para más, aunque admito que mi vena superficial también sueña con una imagen más "atractiva". ¿Qué nos lleva a esto?

En muchos casos es inseguridad, depresión... necesitamos cambiar la imagen como un anuncio de que vamos a ser una persona nueva, se supone que una versión mejorada de uno mismo. 
En otros  casos es por definirnos un poco más. Admitamoslo: nuestra fachada en muchos casos delata nuestro interior, en mayor o menor medida. No viste igual una "fashion-victim" (que suelen tener poca personalidad) que una chica sencilla, o humilde, intelectual... no quiere decir que la primera sea más atractiva que las demás.

Hoy por hoy la imagen es importante, si. A mi me gusta, no lo niego, pero siempre dentro de la lógica. 
Vemos a algunos esclavos de la moda. No criticaré la moda, ya digo que me gusta, y es una industria de la que come mucha gente, y como toda fábrica necesita vender productos nuevos. Pero hay que escoger lo bueno, lo mejor, de todos esos adornos. Debemos escoger lo que va con nosotros realmente, con el lugar en que vivimos, lo que es lógico. Cito ejemplo: llevar en junio unos shorts con botas... no es lógico; vestir en invierno " a lo ruso" en España, es ridículo... pueden ser imágenes bonitas, si, pero no coherentes. 
Y es muy importante no perder el Norte con esto de la estética. 

Es imprescindible que la ropa facilite que los demás nos respeten. A mi me gusta, por ejemplo, mostrar mis piernas, me siento orgullosa de ellas, pero tampoco debo venderme como ganado: "¡moza recia, sana, saludable, buena dentadura, y con hermosos jamones! ¡al mejor postor!" No, eso no. Está bien ponerse vestidos, pantalones cortos, faldas... pero con orden, respetándose a una misma para que los demás la respeten. Así con cualquier modelito que ideemos. 
Con los chicos también ocurre. Veamos: ¿qué es eso de que toda la ciudad tengamos que ver los "gallumbos" que llevas, muchacho? O esa camisa medio desabrochada en plena calle... ropas afeminadas... combinaciones ridículas de bermudas y jersey o americanas arremangadas... pues así tampoco se hacen respetar, la verdad. Yo no digo que a otro no le pueda gustar, pero desde luego no es elegante. Echo de menos la virilidad. 

Pero sin duda, lo más importante es que, nos hagamos un cambio de imagen o no, seamos fieles a nuestros ideales, que nos mostremos "lo mejor" que podamos con ese primer golpe de vista, dando una imagen elegante, fiel, sincera, bella... vamos, que la calle embellezca a nuestro paso ¡ja, ja! 
Y sobre todo, seamos personas alegres, bondadosas, sonrientes, educadas. Eso se refleja en nuestro exterior, y es el mejor tratamiento de estética. Dará igual si llevamos la mejor ropa si somos unos cretinos, porque igual la persona más hermosa del mundo está detrás con ropa vieja y peinado descuidado... pero deslumbra. 

domingo, 19 de junio de 2011

Sepulcro encalado

"A Dios rogando y con el mazo dando", una expresión muy conocida, y muy cierta. Es muy común esa gente que va presumiendo de cristiana, de lo mucho que reza, de lo cerca que está de Dios, de lo buena que es con los demás... y en cambio por dentro están podridas. 

En primer lugar, lo que ocurra entre El Jefe y uno mismo debe quedar entre El Jefe y uno mismo, no tiene más misterio. El único que debe estar al tanto es, si lo tenemos, nuestro director espiritual (ojo también con quién es este). Las labores de apostolado quedan en eso, en un servicio a los demás, no en un motivo para auto-premiarnos.

Pero es inconcebible la gente "beaturra", los que se sienten casi como místicos, a la vez que se empeñan en hacer su vida a costa de lo que sea: la crítica constante, mirar siempre la paja en el ojo ajeno, construir su vida a costa de la de otro... eso para un cristiano es..¡bah! No es cristiano. El cristiano tiene que imitar a Cristo, eso implica humildad constante, amor infinito a los demás. Pero no olvidemos que el propio Jesús llama "sepulcros encalados" a esa gente con una fachada maravillosa y luego... La expresión es más que clara: el blanqueado se hace fuera de la tumba para embellecerla, para cubrir lo que guarda en el interior: un ser podrido, un hedor insoportable, algo que no es más que un cuerpo devorado por gusanos.

Por tanto, el que va a la parroquia, reza cada día, "ama" a Cristo, pero luego se dedica a mirar por encima del hombro, a criticar, a tratar corregir sin ningún respeto ni amor, a "castigar" a los demás... no es más que eso: un sepulcro encalado, algo asqueroso y podrido con una bonita fachada. 
Todos cometemos errores, ninguno de nosotros es perfecto, por eso tenemos nuestras pequeñas luchas internas día a día por mejorar, para no convertirnos en grandes hipócritas que hieren y ensucian la Santidad de la Iglesia

No podemos, no debemos, como cristianos, o simplemente como buenas personas, excluir a otras, insultarles, calumniarlas... vamos, pensar y actuar sin ninguna coherencia con lo que creemos, afirmamos... igual es que solo creemos creer. Es imprescindible la coherencia, la unidad de vida. Como Cristo, porque eso implica ser cristiano, amarle y aprender de Él, aunque haya que poner la otra mejilla, aunque haya que tragar kilos de orgullo, aunque en ocasiones tengamos que ceder cuando alguien nos ofende o llevamos la razón en una disputa.  

Cristiano, o no, se coherente, se fiel. Pero si eres realmente Cristiano, no tienes excusa, no existe la prepotencia.  

miércoles, 15 de junio de 2011

Sumida en el sueño

Hacía mucho tiempo que no soñaba. Tampoco he tenido pesadillas. Así que es agradable que después de semanas sin mi imaginación inconsciente esta haya vuelto de forma agradable. 
Llevo varias noches consecutivas soñando lo mismo: alguien nuevo, un entorno delicado, todo muy dulce y agradable, yo me siento muy bien con esa persona; me surgen problemas, pero me mantengo firme y serena, y me siento recompensada al volver a verle. El problema es que no tiene cara, ni nada de nada, no es una persona que me provoque una sensación, es más bien la personificación de una sensación. 
Me gusta buscar el sentido de lo que sueño, interpretarlo. Bien se sabe que esas historietas nocturnas son mensajes de nuestro subconsciente, formas de decirnos: esto es lo que realmente estás buscando, lo que necesitas. Por eso solemos deleitarnos tanto al recordarlo, incluso en ocasiones, nos sorprendemos con cosas que no imaginábamos que fueran con nosotros. Los sueños constituyen, a veces, toques de atención: un recordatorio, una advertencia, el anuncio de que algo va a cambiar, una especie de premonición... porque son, como ya he dicho, mensajes en toda regla. 
Me gustaría pensar que mi sueño, además de la personificación de un sentimiento que anhelo, es el anuncio de que algo nuevo y muy bueno llega. Sea lo que sea. 
Me gusta pensar que en mi día a día me pueda llegar a sentir tan bien como en ese sueño. Sin embargo, en dicho sueño, siempre es de noche. Que curioso. 
Me divierto tratando de descifrar el acertijo. ¿Volverá esa agradable sensación esta noche? ¿Llegara ese bienestar a mi vida?  

sábado, 11 de junio de 2011

Una tarde, más zapatos, mi perdición y un entierro

El miércoles parecía cambiar algo, y así ha sido. 

La tarde estrella de la semana (sin quitar valor a las demás) ha sido la de hoy sábado. Nerviosa, pero intentando controlarme, me he puesto vestido nuevo con unos buenos tacones. ¿Por qué? Porque había quedado con alguien muy especial,  el de los zapatos ¿te acuerdas? Ese chico alegre. La única persona en el mundo que consigue empequeñecerme. 
Yo me había arreglado para aumentar mi seguridad, para que me viera guapa. Y nada más verle...¡boba! Nada ten bonito cómo las horas que pasan distraídas con él. Me deja sin palabras ¿por qué? Y el en cambio, tan tranquilo, tan seguro, con tanta vida... él no para, mientras mi todo se detiene en él. Pero no, ya basta. Solo quiero su amistad, con verle me siento feliz, aunque cuando se va, la vida no es más que un montón de momentitos que se van sucediendo en el transcurso de volver a verle. Pero tengo que seguir. No me quiero equivocar otra vez. Me calmaré, con la alegría de poder contar con él aunque sea así. 
Cada instante que paso con él se desvanece luego mientras pienso en lo poco que lo he disfrutado y aprovechado.  
En tan poco tiempo él me enseñó tanto. Nunca me he cansado de escucharle. Siempre de él, tratando de formar parte de su fascinante mundo.
Él siempre tan atento, se ha fijado en cada detalle de mi: el botoncito desabrochado, los zapatos que apenas me pongo pero le encantan (que curioso que él mencione los zapatos), el mechón del pelo, las uñas, el maquillaje...no tiene apuro en mirarme fijamente. Sin embargo yo solo puedo decirle tonterías, bromas bobas, ¡con tanto que le diría en verdad! Pero ante esos ojos, esa risa, yo pierdo. Él es el único en el mundo que siempre me vence, y él lo sabe. Ya basta, no más. Un amigo lejano, eso es lo que me llevo yo; él se lleva mucho más de mi. 
He perdido. Pero que dulce derrota la de verle reír por mí, frente a mí; clavando la mirada más bonita del mundo en mí, mientras yo estoy en él, queriendo salir, queriendo quedarme para siempre. Una tarde...eso me ha dado...y no he podido dar lo mejor, no he aprovechado, apenas le he mirado por miedo, miedo de volver a perder la cabeza por alguien que no la quiere ¿Le veré pronto? 

El miércoles él me vio. Yo no lo sabía, pero ya con su mirada lo cambió todo, como siempre ha hecho.
Pero es la hora de enterrar un amor. Basta. Se acabó. 

jueves, 9 de junio de 2011

Un instante, Tú y yo a solas

Es época de exámenes, y todo el mundo se encierra a estudiar; yo no tengo exámenes porque aún no he conseguido llegar a la universidad. Además todas las chicas están guapísimas, lo que me llena de una sana envidia y me baja la autoestima, algo que no es nuevo en mí, ya me conoces ¡ja, ja! Pero me alegro por ellas. 
Esta semana lo veía todo un poco gris, hubo alguien que me dijo que yo no tenía dignidad, que no hacía nada con mi vida, que estaba tirando el tiempo. Me llené de tristeza. Pero eso se fue ayer.
Ayer... por la tarde noche... de pronto todo parecía distinto veía más los colores ¡qué bonita estaba la avenida por la que paseaba! ¡Tantos colores! El ambiente de pronto era tan distinto, algo estaba cambiando. No, no me drogo... ¡ja, ja! Me duró unas horas, y por la noche ¡ay, la noche! Otra vez dándole vueltas. Pero, igual que los colores y el ambiente, pasó algo curioso: hice mis habituales oraciones nocturnas, suplicando con todas mis fuerzas no volver a caer en el pozo en que estuve. Yo nunca "recito" el Magníficat, pero anoche me dio por ahí, y me dormí susurrando esas palabras: [...]se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava [...] porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí... 
Sin duda un canto precioso, y un subidón de auto-estíma impresionante. 
He dormido estupendamente. He despertado serena, con la llamada de una buena amiga que me pedía que fuera a verla. Vive en un Colegio Mayor, en el que hay un oratorio. Ahí he decidido esperarla. 
He abierto la puerta y "no había nadie". Me he dicho "¡qué bien, todo para mí, por fin a solas Contigo!" Al principio me he situado a mitad oratorio pero, mientras me arrodillaba Alguien me decía: "¡Golfilla, consigo que nos quedemos a solas y guardas las distancias! ¿Tú, con lo pasional que eres?" Así que, ni corta ni perezosa me he arrodillado en la esquina del primer banco, y con mucho cariño me ha dicho: 

"Golfilla ¿quién dijo que no tienes dignidad? Anoche me decías "porque ha mirado la humillación de su esclava" No te atormentes, yo también me humillé, por amor. ¡Ya tenemos eso en común! ¡Qué bien tenerte tan cerca con sentimientos así! Tu misma dices siempre: quién bien te quiere te hará sufrir, y es que ¡Golfilla! te quiero tanto, te quiero tan unida a mi... te envío esos sufrimientos porque te unen a mí; como bien decías el otro día: sólo Yo puedo ver la obra de arte que hay en ti. Lo bueno se hace esperar, Pequeñuji, y cuándo me hagas caso y hagas aquello para lo que te he creado ¡serás grande! No tendrás que seguir soportando esas burlas, esos insultos. Pero ahora, se pequeña, se humilde, sufre un poco, te estoy viendo crecer, estamos en el Calvario ¡ama la Cruz! ¡Ámame! Descubrirás mi amor por ti y lo perfecta que yo te veo. Me encanta tenerte cerca ¡qué gran pareja: el más grande y la más pequeña! Tú proclamas la Grandeza del Señor, te alegras en Dios, tu salvador. Yo proclamo tu amorosa humillación y me alegro en ti. Tengo tantas sorpresas y alegrías para ti..."

Entonces ha llegado mi amiga, y al salir del oratorio me ha dicho: oye ¿por qué no escribes?... Evidentemente ella no sabe que tengo el blog, pero parece que a Alguien que si lo sabe le gusta...
Seguro que El Jefe también tiene mucho cariño para ti ¿por qué no lo pruebas?

martes, 7 de junio de 2011

No sé

Me aburro. Y ya está. Hoy es de esos días  en que no sabes ni para qué te has levantado. Haces cosas, si, pero no son más que actos programados que en el fondo ni te van ni te vienen. Es de esos días en que simplemente no estás, en que parece que estás tirando el tiempo. Tal vez mi desgana por todo se deba a la saturación, a que tengo ganas de hacer cosas, pero no sé el qué, y no hago más que pensar demasiado. Quiero encontrar lo mío, pero no se ni quien soy. Me quiero mucho, pero no se ni por qué, y a la vez tengo la autoestima hundida. 
En mi inapetencia de todo he dicho: vamos a hacer algo que realmente se te da bien, que te anima y te gusta, vamos a escribir... el problema es que no sabía sobre qué quería escribir, hay muchos temas, claro que sí, pero... no sé. 
Veo las horas pasar. Estoy esperando a cada instante, con mucha ilusión y muchas ganas de vivir, como si algo muy grande estuviera a punto de llegar, pero no hace más que retrasarse. A la vez espero marchita, aburrida, desengañada. No se por qué. Últimamente no sé nada, no sé ni por qué no sé, no sé si no sé nada. ¿Sé algo? 
Estoy hecha un lío. Seguramente solo me durará unos días, igual hasta esta misma noche se me ocurre un tema estupendo para escribir, pero hoy no sé.
Algo sé, pero no sé el qué. Y encima, me encanta hacerme la boba...

viernes, 3 de junio de 2011

Viviendo con el Espíritu Santo

La Trinidad, ese gran misterio... Dios Padre, vale, Dios Hijo, vale, y Dios Espíritu Santo... ¿y ese quién es? Efectivamente, el Espíritu Santo es el Gran Desconocido, incluso para muchos "catoliquillos". ¿Es una paloma? ¡No! ¿Es una luz cegadora? ¡No! ¡Es mucho más que eso! Existe Dios Padre: creador; existe Dios Hijo: redentor; y existe "la palomita". El "pajarraco luminoso" procede del Amor del Padre y del Hijo, es el Amor, y el santificador. 
El Espíritu Santo es, junto con la comunión, como un bote de espinacas para Popeye: tiene muchísima fuerza, nos ayuda en lo que le pidamos y sea necesario. Sólo tenemos que dejarle actuar en nosotros; no verás lenguas de fuego ni focos luminosos que alegrarían mucho a las compañías eléctricas, pero Le sentirás. 
La garantía es que Jesucristo nos dice en el Evangelio que, antes de ascender a los cielos, no solo nos deja la Eucaristía (que se dice pronto), sino que nos mandará a su coleguilla, y ahí llega Pentecostes. Tú y yo también tenemos nuestro Pentecostes, y no hay efectos especiales porque resulta que tú y yo ¡ya somos Templo del Espíritu Santo! Es decir, que Él ya habita en nosotros. Sí, Dios está en nosotros, siempre y cuando le dejemos (no olvidemos que somos libres) 
Si dejamos actuar al Espíritu Santo podremos llegar a nuestra plenitud, a la paz ¡a lo que quieras! Porque nadie sabe las posibilidades que tenemos más que el Espíritu Santo. Ahora somos como el bloque de mármol que espera en el taller de Miguel Ángel y que con el tiempo "saca" a Moisés, y un niño curioso le pregunta al genio "¿cómo sabías que él estaba ahí dentro?" Así mismo, solo el Espíritu Santo puede ver la obra maestra que podemos llegar a ser si le dejamos "tallarnos". 
¿Cómo lograr este super-Poder? Primero con la confesión, que nos hace estar en gracia de Dios (dejar que esté en nosotros), porque con cada pecado mortal "echamos" un poquito a Dios de nosotros. Segundo con la Oración. Y tercero en unión con la Cruz, ofrecer pequeños sacrificios del día a día (cosas que no me gustan y debo hacer), que es como se demuestra el amor, no solo con palabras. Dios es un poco como un novio celosillo. 
Pero sobre todo háblale, pídele ayuda, que te guíe ¡déjale quedarse! ¡Pídele que se quede! ¡Tira todo lo malo   para que tengo más sitio en ti! No seas un frío bloque de mármol ¡se el magnífico Moisés! ¡se mucho más!
¡Que bueno! ¡que grande! que Dios quiera quedarse así, dentro de nosotros, en callado huracán de perfección, de fuerte delicadeza y delicada fuerza, en una creciente avalancha de Amor. Y lo hace por Ti, porque quiere lo mejor, y solo lo mejor, para ti ¿y qué hay mejor que Él mismo? 

jueves, 2 de junio de 2011

La enseñanza por sexos

Está de plena actualidad el tema de los colegios de Fomento. Como ya sabemos, estos colegios ofertan una educación que comienza por la separación de sexos (colegio de chicas, colegio de chicos), y lo único que llegan a fomentar es la competitividad mal entendida: ser el mejor a cualquier precio, aplastar al compañero, pero siempre guardar las apariencias. Ahora, se pretende quitar el concierto a estos colegios, de forma que pasaran a ser totalmente privados y claro, como buenos fomentadores, están acobardados pensando en que se les van los niños a los que destrozar la vida. Ellos defienden "valores" como la "libertad", la "solidaridad" y tal y tal... Pero vamos a analizarlo:

En la sociedad de hoy consideramos al hombre y la mujer iguales, complementarios, respetando sus diferencias genéticas y psicológicas. Pero si los educamos en entornos separados primero, estamos dando por sentado que intelectualmente son diferentes ¡y eso si que no! Además obtenemos el bonito resultado de que no saben tratar al otro sexo, lo enfocan como un ser totalmente diferente y que provoca la distracción y los problemas, desvía de el objetivo: aplastar y triunfar. Además, todos hemos visto como las nenas de fomento se arremangan las faldas al salir del colegio para lucir como... y para colmo no tienen feminidad ninguna, ni belleza natural, ni na de na. Y ellos necesitan un manual de instrucciones, algunos hasta acaban creyendo en la superioridad del varón respecto a la fémina. 

En segundo lugar, algo "muy bonito" que pasó al menos en mi ciudad, en la que gracias a Dios hay muy buenos colegios, es que al llegar los colegios de Fomento, hicieron todo tipo de publicidad y traperías (que siguen a la orden del día) para aplastar a las antiguas instituciones, pasando por las calumnias para desprestigiar a los demás colegios.

El uniforme (ya he mentado la famosa falda) tiene su aquel. Pero cómo no se reduce al ámbito de Fomento, si  no cada vez a más colegios, no lo trataré ahora. Lo comentaré en otro momento. 

Después tenemos el tema de los resultados académicos. Presumen de tener los mejores, pero no de como lo manipulan todo para asegurar que así parezca ¡los mejores a cualquier precio! Por ejemplo, me hizo mucha gracia cuando me dijeron que seguían teniendo la nota más alta en Selectividad en mi comunidad, cuando en la prensa, a la vista de todos está, se ve que eso no es así. Realmente, de esos colegios no salen ni personas inteligentes, ni con criterio, ni realmente cultas. Pero les aprobarán, eso seguro Sácales del tema que dominen y no sabrán donde esconderse. 

Por último, y más grave, está la calidad humana de los nenes y nenas. El resultado de este "transparente, limpio, objetivo y excelente sistema" es que, ya de niños, se dedican a putear a los de los demás colegios. Así ya van siendo como papá y mamá, que bajo su inferioridad se dedican a señalar. Creen que sus colegios son superiores, y ni conocen la fama que les precede y que se han ganado a pulso. Son personas incapaces de comprender de forma totalmente altruista al otro, siempre se esconde cierto egoísmo: hay que ser el mejor. Mirarán el resto de su vida por encima del hombro a los demás, hasta que de tanto estirar el cuello este se les  parta. 

Como siempre, hay excepciones, aunque solo las he conocido en el sector masculino: profesores brillantes de una talla humana intachable, jóvenes con una cultura y una inteligencia sorprendentes, hombres humildes de corazón inmenso. Yo no estoy diciendo que el hombre sea mejor que la mujer, son los colegios de Fomento los que subrayan las diferencias, condenando a sus pupilos ¡cuánto se pierden en esta vida! 
Lo que no cabe duda es que fomentar si que lo hacen: la antipatía, la arrogancia, el egoísmo, la envidia, el odio, la poca dignidad, la "furcia mari-macho", el pijo conservador que no entiende nada de la realidad... y muchas otras cosas bonitas.
Menos mal que hay excepciones, y muy buenas. 

Otro día escribiré sobre la educación y la enseñanza que yo recibí, y de la que  me siento muy orgullosa aunque las nenas de fomento intentaran en su día machacarme. En algunos ocasiones incluso han cuestionado mis aptitudes y mi carácter por no haber ido a uno de sus dichosos colegios ¡y a qué buena hora no fui! ¿Quién se ríe ahora?