miércoles, 27 de marzo de 2013

La amapola valiente

   

    En un barrio no muy especial de una gran ciudad hay un pequeño jardín. Rodeados de cemento crecen unos recién podados rosales.El día es gris y ventoso, nadie repara en el manojo marrón lleno de espinas. Ni mucho menos en la valiente y solitaria amapola que se alza valiente en el centro del pequeño jardín. Ella sabe que los transeúntes solo se fijarán en ese lugar cuando florezcan las ansiadas y engañosas rosa, esas que ahora mismo no son más que cuatro ramas feas y tristes incapaces de mantenerse por si solas, pero que cuando llegue el buen tiempo, y con mucha ayuda, se convertirn en las reinas.
    Pero la brillante amapola, que se enfrenta al fuerte vientoy lucha contra la oscuridad de tran triste día, llegó ahí sola, sin que nadie se diera cuenta, sin que nadie se lo reconozca. Y resulta majestuosa, pese a su delgadez y fragilidad, al verse ahí tan alegre, tan viva, tan fuerte...
    El día es gris, el viento fuerte...el jardín aun no es verde...y ella permanece, provocando a la primavera.Es la primera, la única, y las traicioneras y consentidas rosas no se atreverán a salir hasta que la viva y bella amapola se marche.