lunes, 18 de abril de 2011

Desconsolada

Estoy desconcertada. Furiosa. Rabiosa. Simplemente enfadada. Impotente. Triste. 

¿Cómo se puede cerrar los ojos ante casos inhumanos que están a nuestro lado? No solo eso, al denunciarlo me han hecho callar: tú no puedes hacer nada, eso sería un escándalo, olvídalo... Lo que más me desespera es que quiero ayudar a alguien que no me deja hacerlo.  Está aislado, y no puedo acceder a él.

Estamos ante una persona realmente necesitada, víctima de un crimen psicológico terrible. Y todos miran hacia otro lado. "Tratar de ayudarle sería empeorarlo", me dicen. Es más importante el qué dirán. Las personas que se suponía me guiaban para hacer el bien me piden ahora que sea egoísta, fría, insensible... Hieren a esa persona, me hieren a mi. Pero las heridas que ellos inconscientemente se hacen a sí mismos son más graves; les quedará, tal vez, un día, el arrepentimiento. Pero temo que para entonces ya sea demasiado tarde para ellos, para él, y para mi.
Dondequiera que estés y cómo estés, debes saber que estoy contigo, porque llevo en mi tu carga, confiando en que depositada en mi, aunque tenga que sufrirla yo toda, tú mejores. Estoy segura de que la desesperación que me invade y no me deja vivir es la que tú llevas. Déjame ayudarte, conmigo puedes. Estoy contigo

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