miércoles, 14 de diciembre de 2011

La cultura y las cebollas

No es raro que algún que otro universitario se haya permitido el lujo de insultarme por no haber estudiado yo una carrera (de momento, o no). Sinceramente, admiro a muchas personas que ya han terminado sus estudios, y yo por mi parte voy por fin haciéndome una idea de lo que quiero gracias a esos jóvenes profesionales que me inspiran y me ayudan. 

Por otro lado ocurre, que los que me han insultado o se han burlado de mi no han estudiado precisamente grandes carreras, o no se han propuesto grandes retos, se han conformado con portarse bien (de cara a la galería por supuesto). Hablo de personas que miran por encima del hombro o van sentando cátedra no solo conmigo, lo hacen con cualquiera que se les cruce, sea cual sea su condición. Más tarde descubres que estudiaron esa carrera porque tenían una nota baja, no por que realmente la quisieran, llevándoles a un pozo de insatisfacción que proyectan hacia otros. O tal vez estudiaron por estudiar, faltos de inteligencia y de criterio, de principios y sueños. El problema con estos últimos reside en que la mayoría jamás debieron pisar una facultad. 
No soy partidaria de la ignorancia, claro, más bien de que cada uno se dedique a lo que sabe.  
A lo que quiero llegar en realidad es que, por el ansia de todo el mundo de tener una carrera, de ser el mejor (algo muy noble), nos ofuscamos. Después llegan los enchufes y los puestos no merecidos. Además de la subida de las tasas universitarias y el comportamiento cretino de muchos estudiantes.
¿Qué digo con esto? Sencillo: si el hijo del "tio Sebaste" es más burro que nadie, aunque el "tío Sebaste" haya ganado honradamente mucho dinero gracias a las cebollas (y su inteligencia para cultivarlas, su trabajo ejemplar y su fortaleza) su querido hijo debería alejarse de puestos de responsabilidad, incluso de las universidades para evitar la contaminación de la ignorancia (no me refiero a que el pobre labrador sea imbécil, pues un hijo de abogado puede ser también un cretino o incluso más). Yo encuentro, y ya lo hacían en el gran Imperio Romano, que las tareas del campo son magnificas a la vez que duras; admiro a la gente que vive de ello y reconozco que una flor de estufa como yo no aguanta ni un día en la huerta, sea la época del año que sea. Entonces ¿que hay de malo, por qué parece que sea tan vergonzoso el ser labrador? 
¡Pues dejemos que el hijo del "tio Sebaste" siga los pasos de su padre si no tiene criterio para ejercer de otra cosa y en cambio tiene un arte incomparable a la hora de saber que pide la tierra!
Oye, que igual el hijo del "tio Sebaste" es un crack y para bien de todos apunta para médico ¡olé!
Conozco posibles profesores que mejor sería que fueran limpiadores de pocilgas ante los "ideales" (o la ausencia de ellos) que pueden inculcar a las siguientes generaciones. Hay futuros abogados que tienen miedo de plantar cara, nuevos médicos que solo buscan cobrar más, periodistas sin moral ni sentido común...

Claro que todo el mundo debería poder tener en principio acceso a lo que quisiera ¡claro que si! Necesitamos aire fresco en todas partes ¡sin miedo! ¡Peeeeero...! Cada uno tiene unas aptitudes, a mi puede que me hubiera gustado una cosa, que se por mi forma de ser, que no habría llegado a ningún lado. Pero no simepre somos conscientes de nuestras aptitudes. Sería genial que, tras aprobar la Selectividad y pedir admisión en una carrera, se nos hiciera una prueba ya de cara a ser admitidos en esta, no a nivel psicológico, sino concreto, en torno a esa futura carrera de forma que podamos conocer nuestras disposiciones. Me explico: tenemos una prueba general de madurez y cultura general en la Selectividad, pues después, al escoger carrera, debería existir una prueba de acceso a esta en torno unas cuestiones generales respecto al tema de nuestros futuros estudios. Me incluyo yo, que si apenas se calcular pues ni en broma se me ocurre (por mucho que me hubiera gustado) ser arquitecto. 

Creo que no propongo algo malo, me parece que sería algo positivo, para los jóvenes y de cara a evitar más injusticias y problemas profesionales. Por evitar que un mafioso llegue a juez, por así decirlo.
En todo caso, gracias a los que todavía se dedican al campo, porque de no ser por ellos, todos moriríamos de hambre, abogados y médicos incluidos. Además nos ofrecen unos paisajes maravillosos, son verdaderos artistas. 

sábado, 19 de noviembre de 2011

Jornada de reflexión


Hoy, en teoría, todos nos paramos a pensar. Mañana es un día clave y, como siempre, han tenido el hermoso detalle de regalarnos un día para...pensar. No voy a entrar en la polémica de si sabemos pensar, pienso que pienso y bla, bla, bla...porque te aburriría el doble de lo acostumbrado (si es que alguien lee esto).

Tampoco quiero entrar en un apasionante  discurso político, no estoy de humor y a estas alturas estamos hartos.
Hoy solo voy a darle vueltas al tema de las decisiones, y al de la reflexión.

Personalmente, soy a la vez impulsiva y reflexiva. Podría ser un maravilloso equilibrio si los tuviera en el hemisferio que toca. Quiero decir, que cuando debería ser impulsiva me paro a reflexionar, pero cuando estoy ante un asunto que requiere paciencia y reflexión me dejo llevar por impulsos (casi siempre los incorrectos). Pero bueno, eso es un defecto que se lima con la experiencia. Por ello, ahora que he tomado plena conciencia (tras  muchas reflexiones sobre mi capacidad de reflexión), con muchísimo esfuerzo, impaciencia por ser paciente, intranquilidad por ser más tranquila, sigo metiendo la pata equivocándome, pero al menos ahora admito que es culpa mía.

No es que las elecciones me quiten el sueño; tal vez sea por la crisis; o simplemente que ya voy teniendo una edad, que voy creciendo, o haciendo eso que se llama madurar y que nunca se consigue saber cuando se ha logrado. Me voy por las ramas... decía que esto no es por las elecciones. Vamos a hablar de algo también muy importante, pero más personal.

Por los tiempos que corren, y la edad en que me encuentro, conozco a mucha gente que está cambiando todos los planes de su vida (incluida yo, ojo). Algunos se han ido a otros sitios no saben por cuanto tiempo, otros se irán, los de fuera no tienen prisa por volver. Quienes terminan la carrera descubren que eso no es lo que quieren y me preguntan "¿sigo dedicándome a ello para tenerlo o debería arriesgarme y hacer lo que me gusta?". Muchas parejas rompen, la mayoría no saben ni por qué; otras piensan en si podrían encontrar algo mejor (lo que yo llamo canallas y confío en que se queden solos); un montón de gente tiene, no miedo ¡pánico! al compromiso. El caso es que nadie está contento, sea por no pararse a reflexionar o por hacerlo en exceso (hiper-reflexión, ya hablé de eso)

Parece que todo pende de un frágil hilo, que nada es para siempre, que todo está mal, equivocado...
Yo pienso que no tengo nada.
La única conclusión que he conseguido es que no debemos aferrarnos a lo que tenemos, pero si estar agradecidos por ello, y pensar que realmente todo puede ser mejor, porque nosotros podemos ser mejores (no por merecer lo mejor, debemos ser humildes). Si hemos estudiado algo, mejor que mejor; si queremos estudiar más ¡adelante! Siempre podemos dar más. Hagamos los posible por estar unidos, aunque nos separen kilómetros y kilómetros de distancia, no hay excusas hoy en día para perder el contacto.
Detengámonos en las personas que permanecen a nuestro lado, y permanezcamos nosotros al suyo. Nunca debemos exigir nada a nadie, menos aún cuando no le estamos dando nuestra lealtad. No olvidemos que en verdad, poco merecemos que alguien nos regale su vida.

Son tiempos duros, pero en sí la vida no es fácil, por eso debemos pararnos, reflexionar, cuidar los unos de los otros. Mañana será otro día, mañana votaremos, elegiremos (en teoría, pero es otro tema) que ocurrirá con el nuevo gobierno... (sin comentarios). Hagamos de vez en cuando una jornada de reflexión, sobre nuestra vida, sobre qué queremos, qué necesitamos, qué buscamos...qué estamos dando a los demás. Votemos quien toma las riendas de nuestra vida, que cambiará, que mejorará, a qué renunciaremos...

Hoy es día de reflexión.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Por qué no te mentiría

Decir a una persona que siempre la has querido y mentirle (traicionarle, engañarle...) es tan coherente y lógico como jurarle amor eterno a una mosca antes de echarle el insecticida. 
¿Por qué es tan importante no tomarle el pelo a alguien con quien queremos estar, no hoy, sino para siempre? 
Sencillo: todas las cosas que nos planteamos como necesarias, o queremos que sean estables y duraderas, deben estar construidas sobre cimientos sólidos. Pongamos por ejemplo que queremos construirnos una casa, ésta puede ser un cuchitril barato, con unas características u otras, pero con paredes "blandas", suelos con baches, poco espacio, insegura, y sobre todo con unos malos cimientos o incluso careciendo de ellos. Hemos querido construir algo rápido y fácil, que no durará mucho, pues pronto la casa se nos caerá encima. 
Por otro lado, podemos querer construir una casa para toda la vida. Empezaremos por unos buenos planos, unos cimientos sólidos que pueden tardar años en realizarse, y darán paso a unas paredes  fuertes y seguras, suelos firmes, una edificación sólida y duradera. 

Con una relación de pareja ocurre lo mismo. Podemos ir rápido y mal, ocultando cosas y mintiendo en otras, podemos incluso chantajear emocionalmente, condicionar...podemos estar traicionando al otro y a nosotros mismos, construyendo una relación que cuando se tambalee lo más mínimo se derrumbará encima nuestro. 
Pero podemos ir despacio, muy poco a poco, atando todo con cabos fuertes, siendo transparentes y sinceros, para lo bueno y lo malo. Debemos confiar plenamente en el otro, diga lo que diga la gente, porque quien sabe si el supuesto amigo que te ha desvelado un "secreto" de tu pareja no es más que otro mal arquitecto envidioso que no soporta ver la magnífica casa que eres capaz de construir. Cuando llegan esas terribles tormentas es la hora de demostrar, de poner a prueba los cimientos. Si ante acusaciones nos mantenemos firmes, soportamos lo que venga y permanecemos leales hay una estructura inquebrantable. Esos cimientos son de verdad, pues si fueran falsos no nos importaría que todo se hundiera, pues sería algo que nosotros mismos habríamos preparado. 

Por eso, cuando alguien por ahí te venga con el "él mismo me lo dijo", "lo se de muy buena tinta", sospecha, no lo creas. 
Además una persona íntegra, transparente, o que al menos lo es con una persona porque realmente le importa, no va ventilando sus intimidades a nadie, en el caso de haberlas. 
Ningún arquitecto maquillaría los datos de su obra maestra, o confesaría sus secretos a nadie; pues le robarían su carrera. 
Ninguna persona que realmente quiera a otra para toda la vida, por decisión propia y libre, va a ocultarle nada o engañarle ¿para qué? No se puede amar solo con lo bueno, se ama sobre todo con lo malo. Una vez leí que alguien mejoró la frase: no te amo pase lo que pase, te amo CON lo que pase.  

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Macrobotellón y "Jálogüin"

Paseo entre las avenidas Blasco-Ibañez y Primado Reig (entiéndase paseo como perder los pulmones por coger el metro a la hora). Un jueves más, la zona está empezando a llenarse de jóvenes universitarios y algunos a los que dentro de poco les serán reembolsadas sus antiguas matriculas a modo de pensión. 
Me contagian su entusiasmo, sus ganas de pasarlo bien y burlarse de las cosas serias, que para eso están. Pero yo tengo prisa, y solo puedo pegar un vistazo. De pronto, en una fugaz mirada a un escaparate veo una pintada que dice con orgullo: "SI AL BOTELLÓN, SI A LAS DROGAS" 
Hacía bien en ir al metro.

Por lo visto, en mi ciudad se está librando una especie de guerra. No faltan nobles y valerosos motivos, la búsqueda de derechos fundamentales, el deseo de una vida mejor: poder hacer botellón en el campus universitario incordiando lo máximos posible y dejando las secuelas de un bombardeo aéreo (lo de las drogas fue una licencia del artista en cuestión). 
Luego viene una nueva moda: celebrar el "Jálogüin" (habrá que hispanizarlo un poco, además de con disfraces que atentan contra el buen gusto). Ya no celebramos el puente de Todos los Santos -¡que retrogrado y facha, por Dios!- ahora "jalogüineamos". 
En fin, ya te he puesto en antecedentes, ahora viene el meollo. 

La guerra de los botellones avanza amenazando la paz de la galaxia. Los defensores de tan loable causa ahora se reparten por la ciudad luchando contra los sosainas de los "policeros". A ver quien puede más, que seguro que esos hombres y mujeres de mediana edad no se enteran de nada y la niñata de turno puede meterse entre ellos, burlándose, como si fuera a comenzar la Revolución Francesa. 
Para darle mayor seriedad al asunto, a los del macrobotellón se les unen intelectuales de la edad del pavo. Tan mal vamos, que había chavalines de 13 años jugando a emborracharse y meterse con la policía sin salir mal parado "soy menor, no puedes tocarme". Lo peor es que haya leyes que amparen esa conducta. 
Esos jóvenes luchadores de todas las edades (para mayor gloria y buen ejemplo) acuden al centro de la ciudad disfrazados de hermosos personajes que suspiran por la muerte. Tienen tanta personalidad que adoptan una tradición de origen desconcertante y no del todo definido, que no tiene nada que ver con su supuesta cultura. 
Esa tradición de países que destacan por no saber donde están los otros, llena las calles de jóvenes payasos, que en lugar de celebrar su juventud e ilusionarse por todo lo que aún tiene que sorprenderles, realizan un canto a la muerte. Esa noche son muertos vivientes, vampiresas abortistas, brujas busconas...a uno le llenan de esperanza en el futuro. 

En primer lugar, si quieren dar miedo de verdad, que se disfracen de banquero, cobrador del frac, hipoteca, embargo, cifra del paro...
Pero, dejando los sarcasmos, consiguen realmente dar miedo. Por ver tantos jóvenes envejecidos, sin ilusiones, esperanza, luchas, compromisos, sin ganas de crecer. Es vergonzoso que solo se unan para luchar por una causa que les destruye. Ver un macrobotellón es más apocalíptico que un capitulo de Walking Dead. Eso si que está lleno de muertos vivientes: toman sus basuras hasta quedar con todas sus facultades atrofiadas, apenas saben caminar, vomitan, gimen, gritan, pierden la noción de todo, se autodestruyen. Pretenden sobrevivir muriendo. 

Los que no tenemos resaca al día siguiente vemos lo que ha quedado. Se cuentan toneladas de basura que cuestan limpiar horas y horas, con el doble de plantilla, y un gasto vergonzoso. Gasto que hacen los adultos, los presuntos y terribles opresores, que siguen partiéndose la espalda para llegar a fin de mes, para pagar los impuestos y limpiar la mierda de los jóvenes muertos vivientes que tienen miedo de vivir. 

lunes, 3 de octubre de 2011

Matrimonio (y III) o ¿No sabes que sin ti yo me muero?

Son frecuentes las discusiones de pareja. Por tonterías o por cosas serias, pero cada dos por tres hay pelea. Sin embargo hay algunas que marcan una diferencia, para bien o para mal. Conozco una caso que lo cambió todo para bien. 

Me contaron que, un joven matrimonio estaba empeñado en batir el récord en peleas. Cierto día llegó una que fue mucho más grave que las demás, y encima "era la gota que colmaba el vaso", o eso decía ella. La joven mujer siguió haciendo su vida al día siguiente, llena de orgullo y amor propio, sin hacer caso de las dolorosas cosas que se habían dicho su marido y ella el día anterior. Cuando después de trabajar volvía a su casa pensaba en como pasar olímpicamente de su marido, o mejor aún cantarle las cuarenta a ese desgraciado que no había sido ni para llamarla "¡que morro!" 
Abrió la puerta de su casa, adivinó que su pareja estaba sentada en el sofá "¡que sinvergüenza!" Se dirigió hacia allí hecha una furia, y cuando le pudo ver bien...vio que el tenía la cabeza apoyada sobre las manos, no tenía muy buen aspecto. Se miraron firmemente a los ojos, en silencio. 
-No vas a decirme nada- dijo ella en tono suave y entrecortado
-Yo...verás...a ti...- no encontraba las palabras, pero final se armó de valor y firmemente le dijo- ¿no sabes que sin ti yo me muero?

De primeras, puede parecer una exageración propia de alguien excesivamente romántico. Pero si lo pensamos detenidamente, así debe ser una relación de pareja. 

Cuando alguien decide compartir la vida con una persona, no es para que esa persona le de, le haga, le demuestre...es para, él mismo, donarse plenamente a esa persona; de forma que acabas siendo de ella, y la separación te llevaría a esa muerte en vida (no hablo de sentimentalismos, hablo de sufrimiento y vacío). 

Por algún motivo, decides darnos a una persona que te completa, te olvidas de ti mismo para servir a una persona que, desde el principio de los tiempos, ha sido pensada y creada para ti; de igual forma que tu has sido creado para ella. Y antes del noviazgo ya os esperáis mutuamente, aunque ni tan solo os hayáis conocido, pero ya os queréis, os buscáis. Y cuando por fin os encontréis, uno cuidará del otro, os respetaréis, seréis los mayores admiradores el uno del otro. Y poco a poco, te vas dando al otro, hasta darte por entero, con todo tu ser.

"¿No sabes que sin ti yo me muero?" ¿No sabes que la vida no es igual si no estás tú, que tú cambiaste todo cuando llegaste y ahora todo es mejor? ¿no sabes que tú eres lo más importante para mi? ¿no sabes que si no estuvieras mi vida poco a poco se derrumba y me sentiría arrancado de mí mismo?  ¿no sabes que tu eres lo que da sentido a mi vida? Perdóname todo, quédate hoy, déjame seguir metiendo la pata porque a veces me olvide de que soy de ti; quédate siempre, yo te daré todo lo que soy, y si hay algo que no te guste del todo ¡ayúdame a mejorar!  Déjame quererte bien, y decirte ¿no sabes que cuando estoy contigo es cuando estoy vivo

jueves, 29 de septiembre de 2011

Des-cubriendo el cuerpo

El cuerpo humano es perfecto. Ya he mencionado en alguna ocasión la belleza del desnudo, que no usado impuramente irradia luz, es bueno. 
Muchos califican nuestro cuerpo como el "mecanismo" más perfecto, más preciso; pues cuanto más se van conociendo los secretos de nuestro organismo más nos sorprende esta obra maestra de la creación.
Dios nos hizo el plato fuerte, lo mejor, todo está pensado al milímetro. Nos maravillamos al ver unos ojos bonitos, una sonrisa, una piel suave, dos brazos fuertes, dos esculpidas piernas...nos seduce, nos atrae, pues es la perfección de la obra. 
Cuánto más impresiona conocer cada órgano ¡está todo pensado!, cada función, cada célula que a su vez está compuesta por pequeñitos elementos. Nada hay en el mundo más elaborado. 

A imagen y semejanza de Dios. El cuerpo humano, templo de nuestra alma, es sagrado. Debe ser amado, cuidado y respetado.

¡Cuanto dice el cuerpo humano! Un fuerte apretón de manos, un cariñoso abrazo, una mirada que acaricia, una sonrisa que provoca, la espalda que carga con el cansancio...
Y cada noche los cuerpos, perfectos, duermen, abandonados en Dios con la esperanza de despertar al día siguiente. Pues ellos son la obra de "el Jefe", y le pertenecen. Nos deja un cuerpo con la condición de tratarlo dignamente, quien no lo hace, le traiciona y se traiciona.
Maravilla abrir los ojos y contemplar como ordenamos a nuestro cuerpo que haga algo y él, sin más, obedece, como si fuéramos todopoderosos: camina, cierra la mano, agarra, haz fuerza...
Maravilla conocer lo que el ser humano es  y lo que es capaz de hacer. 
Fascina contemplar la precisión de todo lo creado: el árbol y la fotosíntesis; la flor, la abeja y el polen; los pájaros, su canción y sus nidos; los ciclos de la naturaleza; el poder del hombre...

Lo mejor, lo dejó Dios para el ser humano, para su cuerpo y su alma. A su imagen y semejanza, "y vio Dios que era bueno".  

domingo, 18 de septiembre de 2011

Matrimonio (van II) o Lo Grande de-l Ser Humano

Un ser capaz de amar. Eso es ser humano. Esa es la diferencia. Es el espíritu.
Por eso todo lo que hacemos tiene sus consecuencias, su por qué y para qué. Porque estamos llamados a la Infinidad. 

Toda la naturaleza sigue su curso. El león se junta con la leona y tienen leoncitos, el gato con la gata y tienen gatitos,  algunas células se reproducen por mitosis, y luego están especies tales como los tubérculos (unos insulsos). Todo ello ocurre por instinto, por una especie de programación. No hay espíritu, no hay alma, no existe "un algo especial". Una vez "cumplen su misión", si te he visto no me acuerdo. 

El ser humano no "se reproduce", no hace la danza del apareamiento, no se multiplica al  arrancarse un brazo. El ser humano ama, se entrega, se da el mismo al otro en libertad (no, no se regala, que es muy diferente). Se reserva y se guarda para otro ser humano igual y complementario a el, y cuando llega el momento adecuado tras el verdadero compromiso, le da a eso otro su cuerpo, su alma, su corazón, su ser...no simple carnaza, no es "gustirrinín", es la perfecta unión de dos espíritus a través de sus cuerpos. Dos espíritus llamados a la perfección, al infinito, llamados a estar juntos, el uno en el otro. 

Por ello también, existe una exclusividad. La persona humana que descubre su vocación matrimonial (no existe la vocación golfa, ya hablaremos de eso) no se regala (ahora si, se regala a otro ser que no es suyo ni es de él, se "roban" y profanan mutuamente). Lo que somos pertenece entera y únicamente a "nuestro complementario", igual que nosotros le pertenecemos y le complementamos Por ello es perfecta unión. Y es exclusivo siempre, porque solo hay un él/ella, y solo hay un yo. Insustituibles, inigualables, inimitables. Exclusivos, entregados, Amados. 
Ahí reside la humanidad, es lo grande (y lo más bello) de ser humano. 

martes, 6 de septiembre de 2011

La joven que observaba

Las noches de verano pasaban. Era una temporada alegre: todo el mundo reía, todo el mundo celebraba, todo eran cenas y fiestas, belleza y luz... todo el mundo. Y la joven que observaba no era todo el mundo. Ella simplemente se sentaba y se dejaba deslumbrar por las luces, los destellos de los vestidos de las mujeres, la música lejana. Se dejaba. Ella simplemente permanecía sentada, casi oculta. Era la espectadora.
Y todo iba pasando. Su vida iba pasando. Su tiempo se iba agotando.

Era frecuente escuchar comentarios al respecto. Unos apostaban porque simplemente era una chica aburrida, otros aseguraban que era su forma de llamar la atención porque no tenía nada más con que hacerlo, tal vez era una amargada. Unos pocos se prendaban de su auto-control, su silencio, su elegancia. Muchos otros la odiaban o la envidiaban sin saber muy bien el por qué. 
Incluso ella misma hacía conjeturas sobre sí misma. Tal vez había perdido la capacidad de pasarlo bien. Tal vez ya no era divertida. Tal vez, por dentro, era vieja.

Y allí permanecía. Mirando, observando. 
Tenía ganas de acabar con esa actitud, pero cuando salía, no se veía guapa, no era capaz de bailar, no podía pasarlo bien. 
Se quedaba sentada, al margen de todo el bullicio. Ella no era nadie. Pero para los demás, irónicamente, ella era el centro de atención. 

En el fondo, con ese "dejarse deslumbrar", era ella quien más disfrutaba. Y de pronto su cara brillaba más que las luces de la noche, su sonrisa era más alegre que la música. Ella era la esencia de la fiesta. Pero no lo sabía, y esa ingenuidad respecto su importancia la hacía aún más apasionante. Todo giraba entorno a ella, sin buscarlo. 
Sin embargo, ella soñaba con bailar, con reír a carcajadas, con brindar copas de cava hasta perder el sentido, un grupo de amigas que la admiraran, galanes que la cortejaran. Soñaba con lo que creía que hacía felices a los demás.... 

...lo que hacía felices a los demás era ella misma. 

sábado, 3 de septiembre de 2011

La muerte se indigna

Derecho a una muerte digna...vaya. ¿Qué es una muerte digna? Se supone que es no morir en un estado de completa dependencia, ser consciente de que tu hora ha llegado. Claro, hay que enterarse bien cuando uno mismo se muere, no sea que algo no salga tal y como se quería y haya que repetirlo. 
Pero, pensando en todo este lío de la eutanasia, he comenzado a divagar, y me he metido un diversas situaciones hipotéticas

Supongamos que salimos a la calle, y en ese histórico momento aparece un camión sin frenos y nos aplasta. Vaya, creo que no habríamos muerto "dignamente". La gente diría "un trágico accidente", pero...¿fuimos dignos en el momento de ser atropellados? No pasa nada, algunos de nuestros parientes pedirían una indemnización, económica y judicial por nuestra prolongada ausencia, tasando así nuestro valor vital. 
Imaginemos ahora que, a cualquier edad, caemos gravemente enfermos, y luchamos, y nos aferramos a la vida, y no nos rendimos, y sonreímos...llegamos a nuestros últimos días, casi ausentes, la gente que nos quiere nos mira impotente, se despide. Morimos, ¿con o sin dignidad? 
Ahora, imagina que no puedes moverte... ¿te dejarías ganar pidiendo la muerte? ¿Serías tan cobarde?
Estás en una cama; con suerte, lo único que haces es pensar. Un día alguien manifiesta el estorbo que eres, nada más que una fuente de gastos. Decide quitarte de en medio, porque no vales nada. Ha decidido matarte. 
Y si ahora me da un infarto ¿he muerto dignamente?

Vaya, parece ser que la llamada "muerte digna" es un suicidio o un asesinato premeditado. Eso es morir dignamente. Si no es así, simplemente te has muerto y te falta glamour funesto. 

A todos nos llega esa hora, más o menos esperada. Pero no debemos elegir el momento de morir, no tenemos derecho a eso, porque en realidad nuestra propia vida no nos pertenece solo a nosotros. 
No escogemos el momento ni las circunstancias de nuestra muerte. No nos recordaran por cómo nos fuimos (y si fuera así, que triste). Lo importante no es la muerte, es cómo nos enfrentamos (si se da el caso) a ella. Y más aún lo que aguarde tras ella. 
Y sobre todo, lo más importante, no es morir, es vivir ¡eso es lo que se hace con dignidad! Existe el derecho a la vida, y yo exijo el derecho no solo a una vida digna, si no a la dignidad de vivir.
Exijo el deber de todos de recordar que la vida es lo más grande que existe, a que es cada día el que marca lo que somos, si somos dignos o no. 
No quiero que cuando llegue mi "hasta luego" la gente diga que no merecía vivir. No quiero una "muerte digna", quiero una vida con un montón de buenos atributos, que no dependa de una ley cruel, basada en un término falso que auto-engaña: muerte digna

Repito, no elegimos que muerte tener, sino qué vida llevar.
¿Cómo inventar la "muerte digna" cuando a veces ni se alcanza la dignidad de vivir?

Además, si nos auto-matamos, la parca se queda en paro y ya es lo que le falta a este país. La muerte se indigna, y acampa en hospitales que antes salvaban vidas. Eran otros tiempos, cuando la vida era el mayor bien del ser humano.

viernes, 22 de julio de 2011

Matrimonio (I)

La otra noche, en televisión, una mujer afirmaba que si tuviera que estirar el brazo para salvar a su marido o a su hijo (no pudiendo salvar a ambos), salvaría a su marido. Comentaba que muchas amigas tachaban esa decisión, a lo que ella respondía siempre: "algún día mi hijo conocerá a alguien especial, abandonará el nido, y hará su vida con esa otra persona mientras que sus padres pasaremos a un segundo plano, así debe ser. Pero mi marido, es mi compañero de vida, nos escogimos mutuamente para envejecer juntos. En primer lugar sería hipócrita haberme casado con él y luego abandonarle, y en segundo lugar, yo no imagino mi vida sin él. Por mi hijo no habría que preocuparse, seguro que otra mujer estirará su brazo": 
Me parece que la actitud de esta mujer es maravillosa. Es sincera, consecuente, leal. Sabe que su hijo no será siempre su niño y que, tal y como debe ser, algún día se irá. Pero su marido, es elección suya, y ella es elección de él. No imagina su vida separados. 
Pienso que, si hiciera falta, más que estirar el brazo esta mujer se cambiaría por él. Es decir, preferiría dar su vida por él. ¡Qué alegría saber que aún existe amor verdadero!

En esta sociedad "tan desarrollada", parece que el matrimonio es un lastre. Por lo menos el matrimonio como debe ser. Muchos se casan sobre todo por miedo a la soledad, porque "toca", porque queda bonito... pero ¿hay alguien aún que se case por amor? Seguro que si. 
El matrimonio, esa unión sagrada entre hombre y mujer, es algo tan grande... hablamos de una unión de por vida, un si para siempre, juramentos de fidelidad, servicio, entrega total... decir "nunca te abandonaré, siempre cuidaré de ti": 
Muchas mujeres piensan que la boda es "el final feliz". Nada más lejos de la realidad. El matrimonio es el comienzo de una vida común; la unión de dos vidas que, aún manteniendo algunas de sus costumbres, se deben la una a la otra. Comienza entonces toda una aventura, la del día a día cuidando de la persona más importante del mundo. En fin, simplemente, el comienzo de la vida en el otro. 
Admiro a la mujer que defiende su necesidad de marido, no por egoísmo, sino por total entrega; admiro su confianza en su hijo, que ya no la necesita. Su marido, igual que ella a él, si que la necesita.

lunes, 18 de julio de 2011

Verano retirado

En un par de días me voy de la ciudad. Emigro a la finca que tenemos no muy lejos de aquí, pero este año me siento como si me fuera al fin del mundo. 
Durante estas semanas de verano he observado que el calor tiene, sobre mucha gente, un efecto increíblemente depresor. Por desgracia, entre esas personas estoy yo. Adoro el buen tiempo, pero no el calor; y dada mi constitución corporal, que es más bien poquita cosa, no tolero muy bien los días de bochorno. 
Como decía al principio, me voy. Estos dos meses que se avecinan se me presentan como un pequeño retiro. Me meteré en la finca, saliendo muy poco. Afortunadamente la casa es muy grande, antigua y rodeada de jardín. Ahí me tendré que conocer a mí misma;  y es que, estos pequeños "parones" de la vida después de experiencias intensas, nos vienen bien para reflexionar: meditar sobre quien es uno mismo, lo que quiere, lo que le rodea...
Realmente tendré casi todo lo que realmente me hace falta: familia, algún que otro amigo, naturaleza (aunque sea a escala), el blog, mis libros, mi piano, mis páginas en blanco... pero he ahí el problema. Uno para y comienza a pensar: ¿es esto lo que quiero? ¿qué dicen los libros qué tengo sobre mi? ¿valgo para tocar el piano? ¿debería seguir escribiendo? 
Esta última pregunta es la que más me reconcome - ¿debo escribir? - Y lo peor es que suele arrastrar muchas otras de carácter vital: ¿a qué debo dedicarme profesionalmente? ¿hacia qué debo volcar mi vida? Cuando vuelva ¿debo continuar con todo o abandonar algunas cosas para comenzar otras?
Pienso en todo lo que me ha pasado; no gran cosa, pero lo justo para fortalecer y formar el carácter. Pienso en la gente que ha estado conmigo, la que esperará mi regreso, y la que no. 
Es un verano, en la gran casa, en mi pequeña habitación. Es un diminuto aislamiento.
Pero prometo, sobre todo, que voy a disfrutarlo, voy a disfrutarme. Voy burlarme de mi pequeña "depre", pelear contra el calor, mejorar mi espíritu y mi cuerpo, divertirme, conocer... y si, también voy a descansar. 

martes, 12 de julio de 2011

El feminismo machista

Sigo traumatizada por una foto que vi en el periódico la semana pasada. Era del "chupinazo". Cuando pienso en Navarra, imagino cuentos de hadas; pero en los cuentos de hadas siempre hay monstruos horribles, feos, desagradables... y salían algunos de ellos en esa foto. Claro que ni eran navarros. Pero me impacta el triunfo de decadencia. 
En la foto veo a una joven subida a hombros de un chico. Su camiseta ha desaparecido, su sujetador sirve ahora de collar mostrando su pecho desnudo. Por desgracia, las chicas que tienden a salir como Dios las trajo al mundo no suelen ser las más indicadas para lucir cuerpo. Yo admiro el desnudo humano, es bonito, y todo depende de los ojos con que se mire. Pero...cuando ese pecho es excesivamente grande, y la propietaria se parece más bien a un orco de "El señor de los anillos"... pues pierde todo su encanto. 
Pero eso no es lo que más impacta. Hay un chico al lado con una botella de sangría de la mala, de la que te da dolor de todo. Le ha tirado el contenido sobre el pecho desnudo, por lo que vemos las "ubres" de la muchacha de color "tintorro". Creedme, no es nada erótico. Para colmo de males un chico de delante, más contento que unas pascuas (evidentemente) se gira y le pone toda la "zarpa" en su seno derecho. He ahí la imagen para la posteridad.
Pura dignidad. Yo me imagino a esa chica volviendo a su casa y enmarcando la foto en el salón "¡mi mayor orgullo!" Seguro que mostrando esa foto del periódico encontrará al hombre perfecto....
La imagen  me traumatizó por el asco, la grima, la vergüenza ajena (y pensar, pobres navarros). Pero es lo que se lleva: fiesta estilo bacanal.

Primero de todo, el desnudo pierde todo su encanto, su magia, cuando se exhibe así: sin pudor, sin vergüenza, sin "accidente", sin dignidad. Solo queda carnaza. El encanto del desnudo reside en ser exclusivo.
Segundo: ¿por qué la mujer se rebaja así? Se supone que hemos luchado por la igualdad, por nuestros derechos, nuestra dignidad... ¿hemos hecho todo eso para parecer furcias baratas? ¿eso es la libertad de la mujer? 
No. definitivamente no. Eso no es el triunfo de la mujer. Es la nueva manifestación del machismo, el impulsado por la propia mujer, el "feminismo machista": "yo me desnudo porque quiero (mentira), yo aborto porque tengo derecho (¿derecho a qué?) , yo soy independiente y libre..."
Ahora, cuando nos empeñamos en llevar menos ropa, en enseñar más nuestro cuerpo para disimular nuestras carencias interiores, cuando exigimos sin parar, compramos sin parar, despreciamos a los hombres escondiendo la total dependencia de ellos (y viceversa)...ahora somos más esclavas que nunca. 

Claro que, una sangría tan mala, como la que venden embotellada, es mejor tirarla a la basura. 

lunes, 4 de julio de 2011

La casa de mis sueños


Se abre el enorme portón metálico. Aparece mi viejo amigo, con su barba blanca, su ropa desteñida y su sonrisa brillante. Le persigue un perro, es muy grande y peludo, más bien feo, pero encantador. Viven solos. 

La casa, entre estrechas calles de una antigua urbanización de montaña, es prestada. Tiene un enorme y abandonado  jardín, una piscina vacía y sin color, un tendedero roto... 
La entrada a la casa tiene un porche, lugar límite de los dominios del perro, que tiene denegado el acceso al pequeño edifico. Las ventanas tienen rejas, la mayoría desteñidas, muchas rotas por el óxido...las persianas varían de un azul que en su mejor momento era intenso, a un verde pálido y triste. 

El panorama en el interior no mejora: las cortinas están medio caídas, y para colmo de males son horribles, en muchas habitaciones ni siquiera combinan. Hay un gran salón muy acogedor, un comedor con dos mesas y una pequeña cocina que rebosa encanto. En general, hay un controlado desorden 
En el piso de arriba solo hay dormitorios y baños, y un tendedero desde que el perro se obsesionó por "recoger" la ropa del de fuera. Mi amigo apenas sube, su dormitorio está abajo. Nosotros también permanecemos abajo. 
De la cocina nos llega un agradable olor a paella ¡qué pinta tiene! ¡y con el hambre que tenemos! Y eso que mi amigo no es de la tierra. Además es soltero, pero no falta de nada: ha preparado ensalada, comprado bebidas, aperitivo...todo un anfitrión. 
La casa se inunda de ternura. 
En el  comedor hay varios cuadros, pero nos fijamos en el plano de metro plastificado sobre la puerta ¡qué simpático! Y automáticamente miramos al lado, pues hay un pequeño dibujo de la Última Cena coloreado a lápiz y con un marco hecho de cartulinas. Mi amigo, muy orgulloso, dice: "¡lo pinté yo mismo!" Acto seguido se pone a hablar de política y economía. 
Nos asomamos a su dormitorio, me encanta conocer este trocito de las casas, dice tanto de su ocupante... esta está llena de breves textos plastificados, estampas, libros, lápices, libretas... ¡qué bueno es eso!

Al observar las paredes de la casa, nos damos cuenta de que es un lienzo en blanco, tiene muchas posibilidades. Pero, al final del día, nos gusta tal y como es ahora: vieja, desfasada, desastrada...con los dos solterones tan bonachones...
Es una atmósfera muy especial ¡es tan sencilla! 

Ya nos tenemos que ir, ha parado la tormenta. Aprovechamos para mirar bien el jardín, pues hay un pequeño trozo cuidado: tiene una magnífica parra, un algarrobo, una palmera, un sendero de piedras, alguna que otra flor... y una pequeña imagen de la Virgen resguardada en un rincón.
¡Nos da tanta pena irnos! No pasa nada, volveremos muy pronto, siempre y que la casa permanezca tal y como está. Pues, pese a su abandono material, la casa reluce espíritu, alma, recuerdos, sensibilidad...y la intimidad de mi viejo amigo, que ahora tiene un perro que se parece a él.  Ahí hay vida, hay hogar, y hasta una singular familia. La casa, es preciosa. 

jueves, 30 de junio de 2011

El hombre que lo sabía todo

Había una vez un joven. Era alto, apuesto y distinguido. Su vida académica era perfecta: notas siempre excelentes, carrera terminada, amplia cultura general... muchos le vaticinaban un brillante futuro laboral.
Aquel "hombre" nunca en la vida había tropezado, ni en sus estudios, como ya hemos señalado, ni en sus sentimientos. Solo mantuvo una relación de pareja, con la única chica que hasta el momento era merecedora de tanta excelencia, que resultaba vivir en otra ciudad. Sin embargo, la muchacha resultó ser poco digna para el chico; así que, con la elegancia y la serenidad que le caracterizaban, nuestro protagonista cogió un tren hasta la localidad de su desventurada pareja y le expuso toda una serie de razones y pruebas concluyentes por las que no debía seguir con ella. El se auto-maravilló de su propia honradez y "saber hacer", mientras que ella ni se inmutó al quedar patente lo engreído que era su ya ex-novio. Pero el joven nunca pensó que lo hubiera hecho mal, de hecho, nunca en la vida se paró a pensar si había hecho mal, solo dudar de su infinita bondad e inteligencia eran una ofensa,él era perfecto.

Tras aquel "pequeño incidente", la vida de nuestro extraordinario joven transcurrió como eracomstumbre: perfecta: trabajo, experiencia, amistades, chicas "de buena familia"...

Pero un día sucedió algo muy extraño. Aquella personificación de la perfección se topo con una muchacha, no gran cosa: más bien bajita, delgaducha, con unos enormes ojos...nadie importante. Se pararon a hablar. Definitivamente no valía gran cosa. No iba a la universidad, no tenía trabajo, no se dedicaba a nada en concreto y sin embargo hacía de todo... 

El joven no entendía nada. Por primera vez algo escapa a su control, y eso le inquietaba, pues supuestamente él lo sabía todo. Sintió curiosidad,  no entendía qué hacía esa chica con su vida, aparte de nada.
-¿Crees que tu vida es mejor que la mía, que has hecho más que yo?- le dijo sonriente
-Salta a la vista
-¡Claro, por eso tus ojos no brillan! Ese es el problema, saltan a la vista las cosas menos importantes: imagen, posición, currículo... pero ¿qué es tu vida? ¿Has enloquecido alguna vez? ¿Has hecho cosas sin sentido, cosas de las que puedas arrepentirte y luego reír? ¿Te has enamorado? ¿Has llorado por alguien? ¿Has sufrido el rechazo y te has alegrado en alguien? ¿Has amado en el dolor sacrificándote por otro? ¿Te has enfrentado a la soledad y a la multitud? ¿Te has dado cuenta de que no eres perfecto, de qué vivir es más que formalidades? 
Siguió así un poco más. El se defendió argumentando que siempre hay que saber dónde se mete uno y controlas las situaciones.
Ella contestó "a mi me encanta equivocarme, es lo único que hago bien"

martes, 28 de junio de 2011

Alma en la habitación

Decide venderse. Esconde su alma. Cansado. Desilusionado. ¿Por qué? ¿De qué?
Su infancia, entre algodones y favoritismos, llegó a un abismo. Sencillamente, el niño creció un poco, hizo unos planes que, como los de casi todo el mundo, se vinieron abajo. El joven, se dio de bruces con la cruda realidad y, para desgracia de él, se convirtió en el "desengaño" y la "decepción" de los de su alrededor. Fue entonces cuando comenzó la caída. 

Cuando el muchacho se hizo hombre, o al menos lo intentaba, comenzó a tener un carácter muy diferente al de los demás. Fue todo un disgusto: al joven no le gustaban las tonterías, resultaba ser que le apasionaba la vida, y le dio por estudiar sobre la verdad ¡infeliz! Pues toda su entorno era mentira. Solo él era puro, verdadero, transparente. Y le tacharon, le censuraron. Comenzaron a destrozarle, a matar su verdadero ser. Y así comenzó a rendirse, a dedicarse a algo pobre para él. De vez en cuando había chispazos de verdad que deseaban ser incendio, pero pronto eran sofocados, de la forma más dura, cruel y rastrera. 
El objetivo: que el hombrecito hiciera lo que esperaban de él los mediocres, que le temían, pues corrían el riesgo de que destapara todo aquel montaje que había sido su vida ¡y él no podía ser mejor que ellos!. De ninguna manera, bajo ningún concepto debía hacer aquello para lo que realmente valía, cayera quien cayera.
Y poco a poco aquella promesa de la verdad va cayendo en un pozo, se encierra en sí mismo, comienza la auténtica locura: autoengañarse, jugar a ser quien no eres, sabiendo perfectamente lo que es tu vida, pero vendiéndola por cuatro cumplidos de gente que se cree superior.  Y todo su mundo queda encerrado en su habitación, delirante de ideas y pensamientos perfectos. Todo ahí es diferente, todo ahí es mejor, todo ahí rebosa su verdadero ser.

¡Pobrecito! Lo vemos encerrado, deambulando en su cabeza, luchando en su corazón.
Y se pregunta "¿por qué no tengo ilusión? ¿por qué nada me motiva?" La respuesta, escondida: el que no se reconoce a sí mismo y se teme, el que guarda su alma bajo sacos de abono, el que no tiene valor, es incapaz de amar su vida, no  puede ilusionarse, no puede ser feliz ¡es imposible! porque todo está en su alma, su verdadero ser, de manera que cuando encerró su alma, encerró todo, menos su cuerpo y sus engaños.

Pero... cuando los chispazos de verdad vuelven centellenado en la más profunda oscuridad, a él se le escapa una auténtica y traviesa sonrisa. Pues ellos saben que todo sigue ahí, encerrado en su habitación, en una locura sensata. No, esto no ha acabado aquí.

martes, 21 de junio de 2011

Este-ética

Es cierto, el cambio de imagen puede ser divertido. Ahora está muy de moda. Nos encanta ver a un individuo simplón transformado en otro que recuerda a él pero más guapetón. Bien, vale, bueno...
Yo me he limitado a hacer unos retoques en la página, no tengo para más, aunque admito que mi vena superficial también sueña con una imagen más "atractiva". ¿Qué nos lleva a esto?

En muchos casos es inseguridad, depresión... necesitamos cambiar la imagen como un anuncio de que vamos a ser una persona nueva, se supone que una versión mejorada de uno mismo. 
En otros  casos es por definirnos un poco más. Admitamoslo: nuestra fachada en muchos casos delata nuestro interior, en mayor o menor medida. No viste igual una "fashion-victim" (que suelen tener poca personalidad) que una chica sencilla, o humilde, intelectual... no quiere decir que la primera sea más atractiva que las demás.

Hoy por hoy la imagen es importante, si. A mi me gusta, no lo niego, pero siempre dentro de la lógica. 
Vemos a algunos esclavos de la moda. No criticaré la moda, ya digo que me gusta, y es una industria de la que come mucha gente, y como toda fábrica necesita vender productos nuevos. Pero hay que escoger lo bueno, lo mejor, de todos esos adornos. Debemos escoger lo que va con nosotros realmente, con el lugar en que vivimos, lo que es lógico. Cito ejemplo: llevar en junio unos shorts con botas... no es lógico; vestir en invierno " a lo ruso" en España, es ridículo... pueden ser imágenes bonitas, si, pero no coherentes. 
Y es muy importante no perder el Norte con esto de la estética. 

Es imprescindible que la ropa facilite que los demás nos respeten. A mi me gusta, por ejemplo, mostrar mis piernas, me siento orgullosa de ellas, pero tampoco debo venderme como ganado: "¡moza recia, sana, saludable, buena dentadura, y con hermosos jamones! ¡al mejor postor!" No, eso no. Está bien ponerse vestidos, pantalones cortos, faldas... pero con orden, respetándose a una misma para que los demás la respeten. Así con cualquier modelito que ideemos. 
Con los chicos también ocurre. Veamos: ¿qué es eso de que toda la ciudad tengamos que ver los "gallumbos" que llevas, muchacho? O esa camisa medio desabrochada en plena calle... ropas afeminadas... combinaciones ridículas de bermudas y jersey o americanas arremangadas... pues así tampoco se hacen respetar, la verdad. Yo no digo que a otro no le pueda gustar, pero desde luego no es elegante. Echo de menos la virilidad. 

Pero sin duda, lo más importante es que, nos hagamos un cambio de imagen o no, seamos fieles a nuestros ideales, que nos mostremos "lo mejor" que podamos con ese primer golpe de vista, dando una imagen elegante, fiel, sincera, bella... vamos, que la calle embellezca a nuestro paso ¡ja, ja! 
Y sobre todo, seamos personas alegres, bondadosas, sonrientes, educadas. Eso se refleja en nuestro exterior, y es el mejor tratamiento de estética. Dará igual si llevamos la mejor ropa si somos unos cretinos, porque igual la persona más hermosa del mundo está detrás con ropa vieja y peinado descuidado... pero deslumbra. 

domingo, 19 de junio de 2011

Sepulcro encalado

"A Dios rogando y con el mazo dando", una expresión muy conocida, y muy cierta. Es muy común esa gente que va presumiendo de cristiana, de lo mucho que reza, de lo cerca que está de Dios, de lo buena que es con los demás... y en cambio por dentro están podridas. 

En primer lugar, lo que ocurra entre El Jefe y uno mismo debe quedar entre El Jefe y uno mismo, no tiene más misterio. El único que debe estar al tanto es, si lo tenemos, nuestro director espiritual (ojo también con quién es este). Las labores de apostolado quedan en eso, en un servicio a los demás, no en un motivo para auto-premiarnos.

Pero es inconcebible la gente "beaturra", los que se sienten casi como místicos, a la vez que se empeñan en hacer su vida a costa de lo que sea: la crítica constante, mirar siempre la paja en el ojo ajeno, construir su vida a costa de la de otro... eso para un cristiano es..¡bah! No es cristiano. El cristiano tiene que imitar a Cristo, eso implica humildad constante, amor infinito a los demás. Pero no olvidemos que el propio Jesús llama "sepulcros encalados" a esa gente con una fachada maravillosa y luego... La expresión es más que clara: el blanqueado se hace fuera de la tumba para embellecerla, para cubrir lo que guarda en el interior: un ser podrido, un hedor insoportable, algo que no es más que un cuerpo devorado por gusanos.

Por tanto, el que va a la parroquia, reza cada día, "ama" a Cristo, pero luego se dedica a mirar por encima del hombro, a criticar, a tratar corregir sin ningún respeto ni amor, a "castigar" a los demás... no es más que eso: un sepulcro encalado, algo asqueroso y podrido con una bonita fachada. 
Todos cometemos errores, ninguno de nosotros es perfecto, por eso tenemos nuestras pequeñas luchas internas día a día por mejorar, para no convertirnos en grandes hipócritas que hieren y ensucian la Santidad de la Iglesia

No podemos, no debemos, como cristianos, o simplemente como buenas personas, excluir a otras, insultarles, calumniarlas... vamos, pensar y actuar sin ninguna coherencia con lo que creemos, afirmamos... igual es que solo creemos creer. Es imprescindible la coherencia, la unidad de vida. Como Cristo, porque eso implica ser cristiano, amarle y aprender de Él, aunque haya que poner la otra mejilla, aunque haya que tragar kilos de orgullo, aunque en ocasiones tengamos que ceder cuando alguien nos ofende o llevamos la razón en una disputa.  

Cristiano, o no, se coherente, se fiel. Pero si eres realmente Cristiano, no tienes excusa, no existe la prepotencia.  

miércoles, 15 de junio de 2011

Sumida en el sueño

Hacía mucho tiempo que no soñaba. Tampoco he tenido pesadillas. Así que es agradable que después de semanas sin mi imaginación inconsciente esta haya vuelto de forma agradable. 
Llevo varias noches consecutivas soñando lo mismo: alguien nuevo, un entorno delicado, todo muy dulce y agradable, yo me siento muy bien con esa persona; me surgen problemas, pero me mantengo firme y serena, y me siento recompensada al volver a verle. El problema es que no tiene cara, ni nada de nada, no es una persona que me provoque una sensación, es más bien la personificación de una sensación. 
Me gusta buscar el sentido de lo que sueño, interpretarlo. Bien se sabe que esas historietas nocturnas son mensajes de nuestro subconsciente, formas de decirnos: esto es lo que realmente estás buscando, lo que necesitas. Por eso solemos deleitarnos tanto al recordarlo, incluso en ocasiones, nos sorprendemos con cosas que no imaginábamos que fueran con nosotros. Los sueños constituyen, a veces, toques de atención: un recordatorio, una advertencia, el anuncio de que algo va a cambiar, una especie de premonición... porque son, como ya he dicho, mensajes en toda regla. 
Me gustaría pensar que mi sueño, además de la personificación de un sentimiento que anhelo, es el anuncio de que algo nuevo y muy bueno llega. Sea lo que sea. 
Me gusta pensar que en mi día a día me pueda llegar a sentir tan bien como en ese sueño. Sin embargo, en dicho sueño, siempre es de noche. Que curioso. 
Me divierto tratando de descifrar el acertijo. ¿Volverá esa agradable sensación esta noche? ¿Llegara ese bienestar a mi vida?  

sábado, 11 de junio de 2011

Una tarde, más zapatos, mi perdición y un entierro

El miércoles parecía cambiar algo, y así ha sido. 

La tarde estrella de la semana (sin quitar valor a las demás) ha sido la de hoy sábado. Nerviosa, pero intentando controlarme, me he puesto vestido nuevo con unos buenos tacones. ¿Por qué? Porque había quedado con alguien muy especial,  el de los zapatos ¿te acuerdas? Ese chico alegre. La única persona en el mundo que consigue empequeñecerme. 
Yo me había arreglado para aumentar mi seguridad, para que me viera guapa. Y nada más verle...¡boba! Nada ten bonito cómo las horas que pasan distraídas con él. Me deja sin palabras ¿por qué? Y el en cambio, tan tranquilo, tan seguro, con tanta vida... él no para, mientras mi todo se detiene en él. Pero no, ya basta. Solo quiero su amistad, con verle me siento feliz, aunque cuando se va, la vida no es más que un montón de momentitos que se van sucediendo en el transcurso de volver a verle. Pero tengo que seguir. No me quiero equivocar otra vez. Me calmaré, con la alegría de poder contar con él aunque sea así. 
Cada instante que paso con él se desvanece luego mientras pienso en lo poco que lo he disfrutado y aprovechado.  
En tan poco tiempo él me enseñó tanto. Nunca me he cansado de escucharle. Siempre de él, tratando de formar parte de su fascinante mundo.
Él siempre tan atento, se ha fijado en cada detalle de mi: el botoncito desabrochado, los zapatos que apenas me pongo pero le encantan (que curioso que él mencione los zapatos), el mechón del pelo, las uñas, el maquillaje...no tiene apuro en mirarme fijamente. Sin embargo yo solo puedo decirle tonterías, bromas bobas, ¡con tanto que le diría en verdad! Pero ante esos ojos, esa risa, yo pierdo. Él es el único en el mundo que siempre me vence, y él lo sabe. Ya basta, no más. Un amigo lejano, eso es lo que me llevo yo; él se lleva mucho más de mi. 
He perdido. Pero que dulce derrota la de verle reír por mí, frente a mí; clavando la mirada más bonita del mundo en mí, mientras yo estoy en él, queriendo salir, queriendo quedarme para siempre. Una tarde...eso me ha dado...y no he podido dar lo mejor, no he aprovechado, apenas le he mirado por miedo, miedo de volver a perder la cabeza por alguien que no la quiere ¿Le veré pronto? 

El miércoles él me vio. Yo no lo sabía, pero ya con su mirada lo cambió todo, como siempre ha hecho.
Pero es la hora de enterrar un amor. Basta. Se acabó. 

jueves, 9 de junio de 2011

Un instante, Tú y yo a solas

Es época de exámenes, y todo el mundo se encierra a estudiar; yo no tengo exámenes porque aún no he conseguido llegar a la universidad. Además todas las chicas están guapísimas, lo que me llena de una sana envidia y me baja la autoestima, algo que no es nuevo en mí, ya me conoces ¡ja, ja! Pero me alegro por ellas. 
Esta semana lo veía todo un poco gris, hubo alguien que me dijo que yo no tenía dignidad, que no hacía nada con mi vida, que estaba tirando el tiempo. Me llené de tristeza. Pero eso se fue ayer.
Ayer... por la tarde noche... de pronto todo parecía distinto veía más los colores ¡qué bonita estaba la avenida por la que paseaba! ¡Tantos colores! El ambiente de pronto era tan distinto, algo estaba cambiando. No, no me drogo... ¡ja, ja! Me duró unas horas, y por la noche ¡ay, la noche! Otra vez dándole vueltas. Pero, igual que los colores y el ambiente, pasó algo curioso: hice mis habituales oraciones nocturnas, suplicando con todas mis fuerzas no volver a caer en el pozo en que estuve. Yo nunca "recito" el Magníficat, pero anoche me dio por ahí, y me dormí susurrando esas palabras: [...]se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava [...] porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí... 
Sin duda un canto precioso, y un subidón de auto-estíma impresionante. 
He dormido estupendamente. He despertado serena, con la llamada de una buena amiga que me pedía que fuera a verla. Vive en un Colegio Mayor, en el que hay un oratorio. Ahí he decidido esperarla. 
He abierto la puerta y "no había nadie". Me he dicho "¡qué bien, todo para mí, por fin a solas Contigo!" Al principio me he situado a mitad oratorio pero, mientras me arrodillaba Alguien me decía: "¡Golfilla, consigo que nos quedemos a solas y guardas las distancias! ¿Tú, con lo pasional que eres?" Así que, ni corta ni perezosa me he arrodillado en la esquina del primer banco, y con mucho cariño me ha dicho: 

"Golfilla ¿quién dijo que no tienes dignidad? Anoche me decías "porque ha mirado la humillación de su esclava" No te atormentes, yo también me humillé, por amor. ¡Ya tenemos eso en común! ¡Qué bien tenerte tan cerca con sentimientos así! Tu misma dices siempre: quién bien te quiere te hará sufrir, y es que ¡Golfilla! te quiero tanto, te quiero tan unida a mi... te envío esos sufrimientos porque te unen a mí; como bien decías el otro día: sólo Yo puedo ver la obra de arte que hay en ti. Lo bueno se hace esperar, Pequeñuji, y cuándo me hagas caso y hagas aquello para lo que te he creado ¡serás grande! No tendrás que seguir soportando esas burlas, esos insultos. Pero ahora, se pequeña, se humilde, sufre un poco, te estoy viendo crecer, estamos en el Calvario ¡ama la Cruz! ¡Ámame! Descubrirás mi amor por ti y lo perfecta que yo te veo. Me encanta tenerte cerca ¡qué gran pareja: el más grande y la más pequeña! Tú proclamas la Grandeza del Señor, te alegras en Dios, tu salvador. Yo proclamo tu amorosa humillación y me alegro en ti. Tengo tantas sorpresas y alegrías para ti..."

Entonces ha llegado mi amiga, y al salir del oratorio me ha dicho: oye ¿por qué no escribes?... Evidentemente ella no sabe que tengo el blog, pero parece que a Alguien que si lo sabe le gusta...
Seguro que El Jefe también tiene mucho cariño para ti ¿por qué no lo pruebas?

martes, 7 de junio de 2011

No sé

Me aburro. Y ya está. Hoy es de esos días  en que no sabes ni para qué te has levantado. Haces cosas, si, pero no son más que actos programados que en el fondo ni te van ni te vienen. Es de esos días en que simplemente no estás, en que parece que estás tirando el tiempo. Tal vez mi desgana por todo se deba a la saturación, a que tengo ganas de hacer cosas, pero no sé el qué, y no hago más que pensar demasiado. Quiero encontrar lo mío, pero no se ni quien soy. Me quiero mucho, pero no se ni por qué, y a la vez tengo la autoestima hundida. 
En mi inapetencia de todo he dicho: vamos a hacer algo que realmente se te da bien, que te anima y te gusta, vamos a escribir... el problema es que no sabía sobre qué quería escribir, hay muchos temas, claro que sí, pero... no sé. 
Veo las horas pasar. Estoy esperando a cada instante, con mucha ilusión y muchas ganas de vivir, como si algo muy grande estuviera a punto de llegar, pero no hace más que retrasarse. A la vez espero marchita, aburrida, desengañada. No se por qué. Últimamente no sé nada, no sé ni por qué no sé, no sé si no sé nada. ¿Sé algo? 
Estoy hecha un lío. Seguramente solo me durará unos días, igual hasta esta misma noche se me ocurre un tema estupendo para escribir, pero hoy no sé.
Algo sé, pero no sé el qué. Y encima, me encanta hacerme la boba...

viernes, 3 de junio de 2011

Viviendo con el Espíritu Santo

La Trinidad, ese gran misterio... Dios Padre, vale, Dios Hijo, vale, y Dios Espíritu Santo... ¿y ese quién es? Efectivamente, el Espíritu Santo es el Gran Desconocido, incluso para muchos "catoliquillos". ¿Es una paloma? ¡No! ¿Es una luz cegadora? ¡No! ¡Es mucho más que eso! Existe Dios Padre: creador; existe Dios Hijo: redentor; y existe "la palomita". El "pajarraco luminoso" procede del Amor del Padre y del Hijo, es el Amor, y el santificador. 
El Espíritu Santo es, junto con la comunión, como un bote de espinacas para Popeye: tiene muchísima fuerza, nos ayuda en lo que le pidamos y sea necesario. Sólo tenemos que dejarle actuar en nosotros; no verás lenguas de fuego ni focos luminosos que alegrarían mucho a las compañías eléctricas, pero Le sentirás. 
La garantía es que Jesucristo nos dice en el Evangelio que, antes de ascender a los cielos, no solo nos deja la Eucaristía (que se dice pronto), sino que nos mandará a su coleguilla, y ahí llega Pentecostes. Tú y yo también tenemos nuestro Pentecostes, y no hay efectos especiales porque resulta que tú y yo ¡ya somos Templo del Espíritu Santo! Es decir, que Él ya habita en nosotros. Sí, Dios está en nosotros, siempre y cuando le dejemos (no olvidemos que somos libres) 
Si dejamos actuar al Espíritu Santo podremos llegar a nuestra plenitud, a la paz ¡a lo que quieras! Porque nadie sabe las posibilidades que tenemos más que el Espíritu Santo. Ahora somos como el bloque de mármol que espera en el taller de Miguel Ángel y que con el tiempo "saca" a Moisés, y un niño curioso le pregunta al genio "¿cómo sabías que él estaba ahí dentro?" Así mismo, solo el Espíritu Santo puede ver la obra maestra que podemos llegar a ser si le dejamos "tallarnos". 
¿Cómo lograr este super-Poder? Primero con la confesión, que nos hace estar en gracia de Dios (dejar que esté en nosotros), porque con cada pecado mortal "echamos" un poquito a Dios de nosotros. Segundo con la Oración. Y tercero en unión con la Cruz, ofrecer pequeños sacrificios del día a día (cosas que no me gustan y debo hacer), que es como se demuestra el amor, no solo con palabras. Dios es un poco como un novio celosillo. 
Pero sobre todo háblale, pídele ayuda, que te guíe ¡déjale quedarse! ¡Pídele que se quede! ¡Tira todo lo malo   para que tengo más sitio en ti! No seas un frío bloque de mármol ¡se el magnífico Moisés! ¡se mucho más!
¡Que bueno! ¡que grande! que Dios quiera quedarse así, dentro de nosotros, en callado huracán de perfección, de fuerte delicadeza y delicada fuerza, en una creciente avalancha de Amor. Y lo hace por Ti, porque quiere lo mejor, y solo lo mejor, para ti ¿y qué hay mejor que Él mismo? 

jueves, 2 de junio de 2011

La enseñanza por sexos

Está de plena actualidad el tema de los colegios de Fomento. Como ya sabemos, estos colegios ofertan una educación que comienza por la separación de sexos (colegio de chicas, colegio de chicos), y lo único que llegan a fomentar es la competitividad mal entendida: ser el mejor a cualquier precio, aplastar al compañero, pero siempre guardar las apariencias. Ahora, se pretende quitar el concierto a estos colegios, de forma que pasaran a ser totalmente privados y claro, como buenos fomentadores, están acobardados pensando en que se les van los niños a los que destrozar la vida. Ellos defienden "valores" como la "libertad", la "solidaridad" y tal y tal... Pero vamos a analizarlo:

En la sociedad de hoy consideramos al hombre y la mujer iguales, complementarios, respetando sus diferencias genéticas y psicológicas. Pero si los educamos en entornos separados primero, estamos dando por sentado que intelectualmente son diferentes ¡y eso si que no! Además obtenemos el bonito resultado de que no saben tratar al otro sexo, lo enfocan como un ser totalmente diferente y que provoca la distracción y los problemas, desvía de el objetivo: aplastar y triunfar. Además, todos hemos visto como las nenas de fomento se arremangan las faldas al salir del colegio para lucir como... y para colmo no tienen feminidad ninguna, ni belleza natural, ni na de na. Y ellos necesitan un manual de instrucciones, algunos hasta acaban creyendo en la superioridad del varón respecto a la fémina. 

En segundo lugar, algo "muy bonito" que pasó al menos en mi ciudad, en la que gracias a Dios hay muy buenos colegios, es que al llegar los colegios de Fomento, hicieron todo tipo de publicidad y traperías (que siguen a la orden del día) para aplastar a las antiguas instituciones, pasando por las calumnias para desprestigiar a los demás colegios.

El uniforme (ya he mentado la famosa falda) tiene su aquel. Pero cómo no se reduce al ámbito de Fomento, si  no cada vez a más colegios, no lo trataré ahora. Lo comentaré en otro momento. 

Después tenemos el tema de los resultados académicos. Presumen de tener los mejores, pero no de como lo manipulan todo para asegurar que así parezca ¡los mejores a cualquier precio! Por ejemplo, me hizo mucha gracia cuando me dijeron que seguían teniendo la nota más alta en Selectividad en mi comunidad, cuando en la prensa, a la vista de todos está, se ve que eso no es así. Realmente, de esos colegios no salen ni personas inteligentes, ni con criterio, ni realmente cultas. Pero les aprobarán, eso seguro Sácales del tema que dominen y no sabrán donde esconderse. 

Por último, y más grave, está la calidad humana de los nenes y nenas. El resultado de este "transparente, limpio, objetivo y excelente sistema" es que, ya de niños, se dedican a putear a los de los demás colegios. Así ya van siendo como papá y mamá, que bajo su inferioridad se dedican a señalar. Creen que sus colegios son superiores, y ni conocen la fama que les precede y que se han ganado a pulso. Son personas incapaces de comprender de forma totalmente altruista al otro, siempre se esconde cierto egoísmo: hay que ser el mejor. Mirarán el resto de su vida por encima del hombro a los demás, hasta que de tanto estirar el cuello este se les  parta. 

Como siempre, hay excepciones, aunque solo las he conocido en el sector masculino: profesores brillantes de una talla humana intachable, jóvenes con una cultura y una inteligencia sorprendentes, hombres humildes de corazón inmenso. Yo no estoy diciendo que el hombre sea mejor que la mujer, son los colegios de Fomento los que subrayan las diferencias, condenando a sus pupilos ¡cuánto se pierden en esta vida! 
Lo que no cabe duda es que fomentar si que lo hacen: la antipatía, la arrogancia, el egoísmo, la envidia, el odio, la poca dignidad, la "furcia mari-macho", el pijo conservador que no entiende nada de la realidad... y muchas otras cosas bonitas.
Menos mal que hay excepciones, y muy buenas. 

Otro día escribiré sobre la educación y la enseñanza que yo recibí, y de la que  me siento muy orgullosa aunque las nenas de fomento intentaran en su día machacarme. En algunos ocasiones incluso han cuestionado mis aptitudes y mi carácter por no haber ido a uno de sus dichosos colegios ¡y a qué buena hora no fui! ¿Quién se ríe ahora?

lunes, 30 de mayo de 2011

Expresion-arte

Me encantan las personas que son naturales. Esas que no guardan apariencias ni tratan de demostrar nada: belleza, inteligencia, elegancia... eso o se posee de verdad o se le acaba viendo a uno el plumero. He estado estudiando sobre la serenidad, y he llegado a la conclusión de que la serenidad puede ser desquiciante. Ese supuesto "lo tengo todo controlado, puedo asumir cualquier situación"... En determinado momentos mantenerse sereno puede ser vital, pero estudiar tanto cada situación... parece que a uno le falta vida.
A veces incluso parece que las personas supuestamente serenas no tienen más que complejo de superioridad, y eso es muy divertido de ver, toda una comedia protagonizada por todo un payaso. 
¡Debemos reír y sonreír, enfadarnos, mirar raro, mirar fijo, poner la cara que delata lo que estamos pensando! Hay que mantener las formas, pero no nuestro espíritu. Nuestra capacidad de gesticular, nuestros infinitos gestos, la inmensa cantidad de expresiones que manifestamos... ¡eso si que es arte, una obra maestra!
A mi me gusta la gente que, sin perder la buena educación, el respeto propio y hacia los demás, y la elegancia no tiene miedo a una carcajada normal (tampoco hay que exagerar), a mostrarse serios, a mirar sin miedo, a tropezar por la calle cuando caminan solos... todo con elegante naturalidad. Incluso me gusta la gente que se enfada un poco cuando va por la calle y no tiene reparos en mostrarlo (dentro de los límites del ser civilizado). 
Me gustaría que hubiera menos gente "fabulosa", menos artificio. 
Pero sobre todo me gustaría, y mucho, que cuando uno fuera por la calle solo y recordara o viera algo que le diera risa  pudiera sonreír sin vergüenza, que nadie pensara "¡está loco!" Lo natural debería ser ir sonriendo por la calle, sería más agradable, más bonito; que saludáramos a los que pasan cerca nuestro. Que fuéramos más expresivos. Sería como sacar todo nuestro potencial artístico a pasear. 
Me gustaría que, entre la multitud pudiéramos fijar los ojos en alguien, que nos sonriéramos y ¿quién sabe? pudiera ser, cuanto menos, un buen amigo.
Admiro la expresividad. Y sobre todo la elegancia.
Si el día a día fuera algo natural, sin apariencias, sin diferencias, sin complejos, viviendo de verdad... ¿pedir eso es raro o es que la naturalidad se ha vuelto rara? 

viernes, 27 de mayo de 2011

En el recuerdo dormido, el despertar olvidado

Vuelve a desvelarse por las noches. Se acuesto relativamente cansada, somnolienta, tranquila...pero en mitad de la oscura y callada noche despierta, sobresaltada, sin ningún motivo. Mientras se enreda entre las sábanas vuelve ese dolor punzante, que no sabe por qué le ataca, no conoce el motivo ni encuentra ya la manera de aliviarlo; hace que gima en gritos ahogados 
Hay además otro dolor, cuyo razón si conoce, pero no existe alivio más que el olvido; pero se niega a olvidar, porque su dolor viene del propio olvido, de que alguien se olvidó de ella. Ya nadie se preocupa de esas noches en vela que ella sufre, de ese dolor continuo. Y no solo eso, sino que le ha sumado otro dolor más fuerte y duradero. 
Ella quitó de la vista todo objeto que pudiera aflorar recuerdos. Por un momento pensó que lo mejor sería rendirse al olvido. Pero ahora, en la quietud de la noche, se da cuenta de que no sirve de nada esconder lo que ya forma parte de ella, aunque lo odie, aunque lo ame. 
Se levanta, agarrándose a los muebles. Busca torpemente más medicamentos, pero ya los ha probado todos     y ninguno le ayuda. Frustrada, se sienta suavemente, sin perder elegancia, en el viejo sofá del pequeño salón-comedor. Se pierde en su dolor, no en el físico, si no en el dolor de formar parte de lo que le hiere. Parece que el dolor de su alma empieza a tomar posesión de su cuerpo. Se siente lejos, se siente vacía, perdida, agotada. Ya no hay fuerza siquiera para llorar. Y así pasan las horas de la noche: entre los escritos del que olvida, entre los escritos olvidados. Sola, nocturna, hierática, fría, agonizante. 
El que olvida se ha ido, se ha olvidado incluso de sí mismo, sin saber que ambos sienten la misma desesperación de distinta manera, porque el sufrimiento del que olvida, es la agonía de la que recuerda. Todo pierde sentido. Incluso que ella padezca. Todo queda en nada; dormido, mientras ella espera despierta.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Valentía vs. Inconsciencia

No podemos evitar el miedo. Tampoco debemos avergonzarnos por tenerlo; en ocasiones es un mecanismo inteligente, que demuestra sensibilidad protectora hacia algo o alguien, ya sea algo externo o interno; es una reacción coherente y propia del espíritu humano. Se puede tener miedo de muchas cosas. Comenzamos de niños, con el miedo a la oscuridad (a lo desconocido), al "monstruo de debajo de la cama/armario" (miedo a lo que no podemos controlar), a que mamá no vuelva (al abandono). Son formas aparentemente simples del miedo. Lo curioso es que esos miedos quedan para siempre, no en forma de monstruos con garras, colmillos y mal aliento; peor aún, quedan unos monstruos interiores, callados, enfermizos. A estos miedos esencialmente egocéntricos se les van sumando con el tiempo otros que nuevos: a las dudas, al fracaso, a la soledad extrema, a la muerte, a perder a un ser imprescindible (que asusta más que la propia muerte)... No debemos avergonzarnos, ni enfrascarnos en la obsesión de analizarlos o eliminarlos. Ante el miedo tenemos dos opciones: que nos domine (fracasando así estrepitosamente) o enfrentarnos a él. Podemos fracasar, tropezar, equivocarnos...pero que nuca se diga que no lo intentamos. El valiente no es el que no tiene miedo, ese es un inconsciente, que actúa por impulso absurdo sin saber muy bien por qué, falto de humanidad. Valiente es el que se enfrenta a ese miedo, conociéndolo, observándolo, superándolo. No lo hace por instinto, sino por su más pura humanidad, por protección. Es totalmente consciente de su peligro, pero también de su fortaleza, humano en lo bueno y lo "malo".  Necesitamos los miedos para ser más humanos y madurar. Por lo tanto, no tengas miedo al miedo, no te escondas de él en una hipócrita y cobarde "valentía", en una inconsciencia inhumana y falsa. Coge aire, mira al miedo fijamente, conciencia-te, mantente firme atento a la oportunidad de vencerlo. Somos humanos, más o menos miedosos, pero jamás cobardes.

domingo, 22 de mayo de 2011

Pequeños obstáculos

No nos engañemos. El día a día está lleno de "problemas", de "contrariedades"...como lo quieras llamar. La vida puede parecer una carrera de obstáculos. Pero... ¿es ese motivo para desesperarnos? ¿podemos deprimirnos por lo que le pasa a cualquiera? Muchas veces nos enfrascamos en nuestros propios problemas, como si los demás tuvieran una vida fácil y todo les cayera bien, como si fuéramos los únicos que tienen "imanes" para los inconvenientes. Pero imagínate un día tras otro en el que todo fuera bien, como el de esos niños de papá a los que todo les llega masticadito y fácil. Sería un aburrimiento, y sobre todo, nosotros seríamos todos un atajo de niñatos consentidos ¡y eso si que no lo soporto! (¿a que tú tampoco?)
Los obstáculos del día a día los puedes superar ¡para eso están!, nunca se te pide más de lo que puedes dar ¡puedes con todo lo que te venga! Los problemas de la vida están para "plantarles cara", no para que te acobardes. No tires la toalla, no seas quejica ¡eso es insufrible! No es así como te quiero ver, tú no eres así. Tienes una dignidad inquebrantable, y te debes un sumo respeto; eso basta para que te decidas a afrontar cualquier cosa ¡nada puede vencerte! Yo a ti te veo superando cada problema, optimista, y al hacerlo eres mejor, porque te haces más fuerte, más maduro, más humano, creces muchísimo ¡ganas tanto! Así te veo yo:  mejorando cada día al superarlo todo, al ganar cada batalla. 
Mantente firme. Mantén la calma. "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa..."

jueves, 19 de mayo de 2011

Hablando y escuchando

¿Cuántas palabras podemos llegar a pronunciar en un día? ¿Cuántas de ellas están perfectamente meditadas? No  léxica o morfo-lógicamente. Me refiero a si expresan lo que realmente queremos comunicar a nuestro interlocutor, si no estamos maquillando sutilmente lo que decimos. Cada vez nos cuesta más hablar claro, y lo que es peor, hablar poco. Decimos un montón de tonterías que no queremos decir por no decir lo que queremos decir. Parece que tenemos miedo. Si nos expresamos clara y sinceramente, si hablamos desde el corazón pasando por la razón corremos el riesgo de que nuestro oyente nos "desnude", en una desnudez más potente que la física: la desnudez de nuestro ser. Si expresáramos claramente nuestros sentimientos luego firmaríamos: "ya está, es todo lo que tengo para ti, soy yo frente a ti, "solo" eso ¿me aceptas?" Lo más curioso es que haciendo esto que no queremos hacer por "nuestro bien" lograríamos realmente estar bien, en paz, sin malas sensaciones (si, esas que te invaden cuando algo de ti sabe que no has sido sincero), seríamos libres. ¡Cuánto daño hacemos cuándo no décimos lo que el otro sabe que necesitamos decir! Porque, en esta sociedad del "ahora me toca hablar a mi" lo mejor que te puede pasar es que alguien este dispuesto a escucharte. Pues se justo y respetuoso con ese alguien, porque te da la oportunidad de que te des a conocer a él y a ti mismo, porque él para el tiempo en ti, solo en ti ¿eres lo suficientemente valiente para Hablar? Medita lo qué dices a lo largo del día, y lo que dices meditará sobre ti. 

martes, 17 de mayo de 2011

Un caótico mes por aquí...

Ya ha pasado un mes desde que empecé a escribir este blog...
Por un lado estoy contenta, hay muchas más visitas de las que yo esperaba, he conseguido ser constante (aún no he tirado la toalla), y estoy más o menos satisfecha de lo que he escrito. 
Por otro lado sigo sin saber por qué hago esto, sobre qué quiero escribir, si realmente alguien está leyendo esto (me consta que algunos solo entran por las fotos, como me hagan quitarlas...) Bueno, si tú lo estas leyendo ¡muchas gracias! Supongo que aún es pronto para encontrar comentarios, pero sigo siendo muy impaciente ¡qué le vamos a hacer! A la hora de describir este espacio no se ni qué atributos tiene ¡soy tan caótica!
El caos.... me gusta la palabra...
Tal vez solo sea eso, el blog del caos. Mi indescriptible y caótico blog.

domingo, 15 de mayo de 2011

Tardes con "ganchillo"

Siempre me había hecho ilusión aprender a hacer ganchillo, pero no se porque pensaba que sería sumamente torpe (bueno, tiendo a pensar que todo me sale mal ¿te acuerdas?). Pero, cosas de la vida, justo antes de mi viaje a Roma una amiga me comentó que sabía hacer, así que pensé "¡esta es la mía!". Durante el viaje de vuelta intentó enseñarme, pero mis pronósticos se cumplieron: manos sudando, aguja resbalando, hilo transformado en un enredo vengativo...
Pero me dije: hasta aquí, ya vale de tirar la toalla, es algo sencillo, solo hay que coger práctica. Y finalmente  hoy me he animado a seguir intentándolo (ya hace bastante que me enseñaron, pero más vale tarde que nunca), y poco a poco he conseguido hacer un trocito de tela.
"Es algo sencillo", "solo hay que coger práctica", "poco a poco"... son frases poco habituales en mí, la chica impaciente, nerviosa, pesimista... lo de los nervios ¡tendré que vivir con ello! Pero la impaciencia se cura, y el afán de superación se cultiva. No hablo de orgullo o soberbia. Hablo de que podemos empezar una tarde a hacer ganchillo y acabar pensando: tal vez nunca me he detenido a observar cada detalle, examinar cada nudo de mi vida, a ver como poco a poco me he ido tejiendo... tal vez es hora de parar, ver lo que "he cosido", juzgarlo y pensar como quiero seguir tejiendo el resto de mi vida, intentar ser mejores con los demás. Todo por hacer ganchillo, por una ilusión tonta. Seguramente las abuelitas se reirían, porque ellas sabían coser desde bien niñas ¡y yo soy una manazas! Pero, en este mundo de prisas, de "máquinas de coser", debemos hacernos más delicados, más sensibles, más filósofos, más espirituales, dedicar tiempo y cariño a nuestros nudos. Sin los nudos que nos tejen, solo somos un solitario, delgado y frágil hilo.