martes, 21 de junio de 2011

Este-ética

Es cierto, el cambio de imagen puede ser divertido. Ahora está muy de moda. Nos encanta ver a un individuo simplón transformado en otro que recuerda a él pero más guapetón. Bien, vale, bueno...
Yo me he limitado a hacer unos retoques en la página, no tengo para más, aunque admito que mi vena superficial también sueña con una imagen más "atractiva". ¿Qué nos lleva a esto?

En muchos casos es inseguridad, depresión... necesitamos cambiar la imagen como un anuncio de que vamos a ser una persona nueva, se supone que una versión mejorada de uno mismo. 
En otros  casos es por definirnos un poco más. Admitamoslo: nuestra fachada en muchos casos delata nuestro interior, en mayor o menor medida. No viste igual una "fashion-victim" (que suelen tener poca personalidad) que una chica sencilla, o humilde, intelectual... no quiere decir que la primera sea más atractiva que las demás.

Hoy por hoy la imagen es importante, si. A mi me gusta, no lo niego, pero siempre dentro de la lógica. 
Vemos a algunos esclavos de la moda. No criticaré la moda, ya digo que me gusta, y es una industria de la que come mucha gente, y como toda fábrica necesita vender productos nuevos. Pero hay que escoger lo bueno, lo mejor, de todos esos adornos. Debemos escoger lo que va con nosotros realmente, con el lugar en que vivimos, lo que es lógico. Cito ejemplo: llevar en junio unos shorts con botas... no es lógico; vestir en invierno " a lo ruso" en España, es ridículo... pueden ser imágenes bonitas, si, pero no coherentes. 
Y es muy importante no perder el Norte con esto de la estética. 

Es imprescindible que la ropa facilite que los demás nos respeten. A mi me gusta, por ejemplo, mostrar mis piernas, me siento orgullosa de ellas, pero tampoco debo venderme como ganado: "¡moza recia, sana, saludable, buena dentadura, y con hermosos jamones! ¡al mejor postor!" No, eso no. Está bien ponerse vestidos, pantalones cortos, faldas... pero con orden, respetándose a una misma para que los demás la respeten. Así con cualquier modelito que ideemos. 
Con los chicos también ocurre. Veamos: ¿qué es eso de que toda la ciudad tengamos que ver los "gallumbos" que llevas, muchacho? O esa camisa medio desabrochada en plena calle... ropas afeminadas... combinaciones ridículas de bermudas y jersey o americanas arremangadas... pues así tampoco se hacen respetar, la verdad. Yo no digo que a otro no le pueda gustar, pero desde luego no es elegante. Echo de menos la virilidad. 

Pero sin duda, lo más importante es que, nos hagamos un cambio de imagen o no, seamos fieles a nuestros ideales, que nos mostremos "lo mejor" que podamos con ese primer golpe de vista, dando una imagen elegante, fiel, sincera, bella... vamos, que la calle embellezca a nuestro paso ¡ja, ja! 
Y sobre todo, seamos personas alegres, bondadosas, sonrientes, educadas. Eso se refleja en nuestro exterior, y es el mejor tratamiento de estética. Dará igual si llevamos la mejor ropa si somos unos cretinos, porque igual la persona más hermosa del mundo está detrás con ropa vieja y peinado descuidado... pero deslumbra. 

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