jueves, 2 de junio de 2011

La enseñanza por sexos

Está de plena actualidad el tema de los colegios de Fomento. Como ya sabemos, estos colegios ofertan una educación que comienza por la separación de sexos (colegio de chicas, colegio de chicos), y lo único que llegan a fomentar es la competitividad mal entendida: ser el mejor a cualquier precio, aplastar al compañero, pero siempre guardar las apariencias. Ahora, se pretende quitar el concierto a estos colegios, de forma que pasaran a ser totalmente privados y claro, como buenos fomentadores, están acobardados pensando en que se les van los niños a los que destrozar la vida. Ellos defienden "valores" como la "libertad", la "solidaridad" y tal y tal... Pero vamos a analizarlo:

En la sociedad de hoy consideramos al hombre y la mujer iguales, complementarios, respetando sus diferencias genéticas y psicológicas. Pero si los educamos en entornos separados primero, estamos dando por sentado que intelectualmente son diferentes ¡y eso si que no! Además obtenemos el bonito resultado de que no saben tratar al otro sexo, lo enfocan como un ser totalmente diferente y que provoca la distracción y los problemas, desvía de el objetivo: aplastar y triunfar. Además, todos hemos visto como las nenas de fomento se arremangan las faldas al salir del colegio para lucir como... y para colmo no tienen feminidad ninguna, ni belleza natural, ni na de na. Y ellos necesitan un manual de instrucciones, algunos hasta acaban creyendo en la superioridad del varón respecto a la fémina. 

En segundo lugar, algo "muy bonito" que pasó al menos en mi ciudad, en la que gracias a Dios hay muy buenos colegios, es que al llegar los colegios de Fomento, hicieron todo tipo de publicidad y traperías (que siguen a la orden del día) para aplastar a las antiguas instituciones, pasando por las calumnias para desprestigiar a los demás colegios.

El uniforme (ya he mentado la famosa falda) tiene su aquel. Pero cómo no se reduce al ámbito de Fomento, si  no cada vez a más colegios, no lo trataré ahora. Lo comentaré en otro momento. 

Después tenemos el tema de los resultados académicos. Presumen de tener los mejores, pero no de como lo manipulan todo para asegurar que así parezca ¡los mejores a cualquier precio! Por ejemplo, me hizo mucha gracia cuando me dijeron que seguían teniendo la nota más alta en Selectividad en mi comunidad, cuando en la prensa, a la vista de todos está, se ve que eso no es así. Realmente, de esos colegios no salen ni personas inteligentes, ni con criterio, ni realmente cultas. Pero les aprobarán, eso seguro Sácales del tema que dominen y no sabrán donde esconderse. 

Por último, y más grave, está la calidad humana de los nenes y nenas. El resultado de este "transparente, limpio, objetivo y excelente sistema" es que, ya de niños, se dedican a putear a los de los demás colegios. Así ya van siendo como papá y mamá, que bajo su inferioridad se dedican a señalar. Creen que sus colegios son superiores, y ni conocen la fama que les precede y que se han ganado a pulso. Son personas incapaces de comprender de forma totalmente altruista al otro, siempre se esconde cierto egoísmo: hay que ser el mejor. Mirarán el resto de su vida por encima del hombro a los demás, hasta que de tanto estirar el cuello este se les  parta. 

Como siempre, hay excepciones, aunque solo las he conocido en el sector masculino: profesores brillantes de una talla humana intachable, jóvenes con una cultura y una inteligencia sorprendentes, hombres humildes de corazón inmenso. Yo no estoy diciendo que el hombre sea mejor que la mujer, son los colegios de Fomento los que subrayan las diferencias, condenando a sus pupilos ¡cuánto se pierden en esta vida! 
Lo que no cabe duda es que fomentar si que lo hacen: la antipatía, la arrogancia, el egoísmo, la envidia, el odio, la poca dignidad, la "furcia mari-macho", el pijo conservador que no entiende nada de la realidad... y muchas otras cosas bonitas.
Menos mal que hay excepciones, y muy buenas. 

Otro día escribiré sobre la educación y la enseñanza que yo recibí, y de la que  me siento muy orgullosa aunque las nenas de fomento intentaran en su día machacarme. En algunos ocasiones incluso han cuestionado mis aptitudes y mi carácter por no haber ido a uno de sus dichosos colegios ¡y a qué buena hora no fui! ¿Quién se ríe ahora?

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